Allanamientos y captura de una jefa narco por un secuestro millonario de cocaína

Se trata de Yanet Cruz, quien está relacionada con el hallazgo de 12 kilos de la droga a fines de enero. Este miércoles temprano hubo 10 medidas en Luján. También cayó su madre.

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En el intrincado mapa del narcotráfico mendocino, pocos nombres han generado tanto ruido en los últimos años como el de Yanet Maricel Cruz. Nacida el 13 de febrero de 1992, esta mujer de 33 años se convirtió en una pieza clave dentro de una organización familiar dedicada al tráfico de estupefacientes, cuyas ramificaciones se extienden en diversos sectores del Gran Mendoza, especialmente en Luján.

Este miércoles por la mañana, la Policía contra el Narcotráfico (PCN) de Investigaciones desarrolló 10 allanamientos en diversos sectores del citado departamento y en especial en dos domicilios de una barriada de Agrelo, donde tenía base la mujer. Los efectivos capturaron a la sospechosa y a su madre, además de otros sospechosos.

Pasadas las 8.30, las medidas autorizadas por la Justicia federal continuaban en búsqueda de más estupefacientes, debido a que se trata de una causa que se desprendió de otra iniciada a fines de enero de este año.

La historia que desenmascaró parte de esta red comenzó casi por casualidad a fines de enero. El viernes 24 por la mañana, efectivos de la Unidad Investigativa de Luján (UID) realizaron un allanamiento en el barrio Nueva Vida. Los policías buscaban originalmente dos teléfonos robados y un arma de fuego relacionados con una causa por abuso de armas.

Minutos antes de las 7.30 de ese día, ingresaron a una propiedad ubicada en la manzana D. Lo que encontraron superó ampliamente sus expectativas: más de 12 kilos de cocaína en ladrillos con sellos en bajorrelieve (posiblemente vinculados a carteles bolivianos o peruanos), plantas y picadura de marihuana, semillas, globos, nudos y otros elementos que evidenciaban un centro de acopio y distribución de drogas destinadas al Gran Mendoza y otras zonas.

En la vivienda se encontraba Florencia Daniela Castillo Benicio, una mujer de 32 años que se identificó como ama de casa y afirmó residir en esa propiedad desde hacía poco más de un año. La detención de Castillo marcó el inicio de una investigación que rápidamente escaló cuando analizaron su teléfono celular, que permitió destacar la relación que mantenía con Cruz.

Para los pesquisas, Castillo era una especie de “soldado” de Cruz a cambio de dinero que recibía a través de transferencias bancarias. Como vivían en la misma barriada, el objetivo era que acopiara la sustancia estupefaciente para realizar luego del fraccionamiento y la distribución.

El lunes 27 de enero, el juez federal Marcelo Garnica dictó prisión preventiva para Castillo en una audiencia celebrada en los Tribunales de calles España y Pedro Molina. La fiscal federal Patricia Santoni, del Área de Investigación y Litigio de Casos Sencillos, quien tomó el caso, imputó a la sospechosa por tenencia de drogas con fines de comercialización y ordenó que la investigación avanzara para encontrar a los presuntos dueños de la droga, valuada en más de 150 mil dólares. Los trabajos fueron en conjunto con el auxiliar fiscal Juan Manuel González.

Tras conocer la resolución judicial, Castillo Benicio fue trasladada a la cárcel federal. Durante la indagatoria, la mujer optó por no declarar. Los investigadores consultados señalaron que, aunque no la consideraban una de las referentes principales, Castillo formaba parte de una organización criminal mayor y difícilmente podía desconocer que vivía en un centro de acopio de drogas. Por eso, la pesquisa avanzó con el análisis de nuevas pruebas que permitieron la identificación de Cruz.

El resultado del allanamiento de fines de enero resultó impresionante: 37 plantas de cannabis con un peso aproximado de 11 kilos, 12,328 kilogramos de cocaína (entre ladrillos con sellos de delfín, forma de cruz y estrella), 2,776 kilogramos de marihuana compactada y picada, 355 gramos de flores de cannabis, 7 gramos de semillas, 53 paquetes de globos de agua (100 unidades cada uno), material para envolver, una balanza, equipos de vigilancia y un teléfono celular.

Un detalle significativo para la causa, fue que la propiedad contaba con un sistema de monitoreo a través de cámaras de seguridad, lo que para los investigadores confirmaba su función como centro de acopio y sugería que Castillo tenía la responsabilidad de alertar y participar en las tareas de fraccionamiento. El análisis de esas imágenes también fue fundamental para confirmar la relación entre esta mujer y la señalada líder.

Fuentes judiciales y policiales revelaron que Florencia Castillo mantenía contacto directo con Yanet Cruz, hermana de Leonardo Fabio “Bichito” Cruz, otro sujeto que fue investigado en el 2017 y detenido por tenencia y comercio de drogas.

Castillo, sospechada de ser una de las mujeres que acopiaba droga para la banda, recibía transferencias a Cruz para que custodiara la mercadería ilegal. Incluso, le pagaban algunos de sus servicios domésticos.

Los pesquisas determinaron que Castillo carecía de actividad laboral legal o profesión conocida. Ambas mujeres mantenían comunicación diaria, mientras que Marisol Valeria Cruz, madre de Yanet, de 50 años, también participaba activamente en las operaciones. Para el fraccionamiento de la cocaína y la preparación de dosis para el narcomenudeo, Castillo utilizaba pequeños globos, similar a los usados para la chaya durante el Carnaval.

Por su parte, los investigadores determinaron que Yanet Cruz operaba en su propia vivienda, una pollería ubicada en la manzana C casa 22 del barrio, donde cumplía detención domiciliaria. Su madre residía en la casa contigua, marcada como 21. Un aspecto relevante en la metodología de Cruz era el uso de múltiples teléfonos para comunicarse con quienes respondían a ella por el tema de los estupefacientes, una estrategia común para evadir el seguimiento policial.

Una familia dedicada al crimen

El entramado familiar de Yanet Cruz revela una estructura dedicada al delito a través de generaciones desde hace años. Su padre, Fabián Huanca Adauto, de 49 años, es conocido por su historial carcelario, venta de drogas, robos agravados y tenencia de armas. Sus domicilios han sido identificados en el barrio Renacer del Plata y Patrón Santiago de Ciudad.

Leonardo Cruz, hermano de Yanet, de 29 años, fue detenido por venta de drogas junto a su pareja, Norma Gamboa. Su expediente criminal incluye robo agravado, encubrimiento, lesiones graves y amenazas. Incluso fue detenido por un homicidio, aunque posteriormente resultó sobreseído. Ambos recuperaron la libertad luego de pasar varios años en la cárcel.

Estuvo acusada por un asesinato

La vida de Yanet Cruz tomó un giro dramático en 2021, cuando fue capturada por efectivos policiales en relación con el asesinato del jornalero Hugo Humberto Bordón, ocurrido en noviembre de 2020 en el citado barrio Nueva Vida. Según la hipótesis principal de los investigadores, Cruz habría ordenado el asesinato de Bordón, de 40 años, a quien acusaban falsamente de ser informante de la Policía Federal.

Este asesinato se produjo días después de que Cruz y su hermano Leonardo Fabio fueran detenidos con 25 kilos de cocaína y seis de marihuana en el marco de un megaoperativo de esa fuerza nacional que permitió la captura de 15 presuntos integrantes de la organización delictiva.

Tras ser detenida en su domicilio por personal de la División Homicidios de Investigaciones, Cruz quedó a disposición del fiscal Gustavo Pirrello, quien instruye la causa, y fue imputada por homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria. Sin embargo, recuperó la libertad con el paso del tiempo porque las pruebas para sostener las sospechas no eran demasiadas.

Fuente: www.elsol.com.ar

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