La violencia que Osvaldo Joaquín Soto ejercía sobre su familia terminó en tragedia. El hombre de 40 años, con un frondoso historial de investigaciones por delitos violentos, fue asesinado la madrugada de este lunes de 12 puñaladas en una vivienda del barrio Tamarindo II, en Las Heras. Los principales sospechosos del crimen son los hijos adolescentes de su pareja, quienes permanecían prófugos pasadas las 10. Así lo señalaron los propios testigos del hecho de sangre.
Después del ataque, pasadas la 1, Soto fue trasladado de urgencia en una moto particular hasta el Hospital Carrillo, presentando una grave herida en el cuello y múltiples lesiones en el tórax y abdomen. Pese a los intentos médicos, falleció cerca de las 4 en el Hospital Central a raíz de un shock hipovolémico por las heridas.
Había solicitado ayuda en la vía pública luego de sufrir las diversas heridas: herido y perdiendo mucha sangre, caminaba por las calles e intentaba parar autos para que lo socorrieran. Un vecino fue quien lo subió hasta su moto y lo trasladó hasta el nosocomio lasherino.
La investigación apunta a un episodio extremo de violencia intrafamiliar que venía generando broncas desde hacía meses en la propiedad ubicada en la esquina de Roosevelt y Dean Funes.
De acuerdo a fuentes policiales, los jóvenes de 14 y 16 años reaccionaron ante una nueva agresión de Soto hacia su madre. Le habían advertido al hombre que no regresara a la vivienda porque la situación de conflicto era extrema.
Tras la brutal pelea, ambos escaparon del lugar. Uno de ellos, sostienen que el mayor, fue quien tomó un arma blanca y le asestó los 12 puntazos. Testimonios de vecinos respaldaron que la mujer sufría maltratos constantes y que las discusiones violentas eran frecuentes en el domicilio.
Joaquín Soto tenía un pasado cargado de causas penales: homicidio, robos agravados, tenencia de drogas y evasiones de la Justicia entre 2012 y 2018 fueron algunas de las investigaciones que iniciaron en su contra desde el 2010 en adelante. Este historial se suma al contexto de violencia doméstica que los pesquisas policiales y judiciales consideraron clave para entender el trasfondo del homicidio.
En el barrio, la policía encontró rastros de sangre sobre el Acceso Norte, lo que confirmó la ruta de escape de los presuntos autores. Por su parte, efectivos de Investigaciones y la Unidad Fiscal de Homicidios coordinaron las medidas para dar con el paradero de los adolescentes, ambos menores de edad.
“Sólo uno de ellos podría ser acusado del hecho, porque tiene 16 años, pero también analizaremos si el hecho se puede encuadrar en un caso de homicidio de legítima defensa”, finalizaron las fuentes.
Fuente: www. elsol.com.ar