En los últimos días, creció la preocupación de los vecinos de un sector del distrito Villa Hipódromo, en Godoy Cruz, ya que algunos residentes y propietarios de locales comerciales de la zona vienen siendo blancos de hechos de inseguridad.
En el transcurso de siete días, delincuentes armados han asaltado dos comercios y otros fueron saqueados mientras sus responsables no se encontraban. Uno de esos locales fue “visitado” dos noches seguidas por malvivientes que aprovechaban la escasez de transeúntes por la zona para llevarse todo lo que tenían a su alcance.
Durante fines de septiembre e inicios de octubre, grupos de malvivientes han apuntado sobre los negocios de Paso de Los Andes, entre las calles Colombia, Paraguay y Pedro J. Godoy.
La información a la que accedió El Sol, sostiene que el primer comercio asaltado fue la dietética Oriente. El hecho ocurrió el miércoles 27 de septiembre, alrededor de las 19.30, cuando una de las empleadas fue sorprendida por dos sujetos que arribaron en moto.
Uno de ellos, sin sacarse el casco, ingresó, se llevó mercadería y el celular de la víctima mientras no dejaba de apuntar con el arma que portaba. El objetivo era generar temor. Todo el botín lo metió en una bolsa de supermercado y escapó junto a su cómplice.
Dos días después, la farmacia La Salud, ubicada en la misma cuadra de la dietética, fue robada en la madrugada. Según vecinos de la zona, los autores del delito fueron dos adolescentes. Los mismos llegaron en moto, rompieron una de las vidrieras y se llevaron mercadería. Contabilizaron productos de limpieza, de higiene y esmaltes de uñas.
La alarma se activó y su dueña acudió hasta el local para verificar lo sucedido. Al corroborar que había sufrido un robo, radicó la correspondiente denuncia.
Durante la madrugada del día siguiente, fue hurtada nuevamente y de la misma manera. Destrozaron otro de los vidrios, sustrajeron más productos, pero esta vez también se alzaron con de la caja registradora, dinero que utilizaban para dar vuelto.
La dueña, sin poder creerlo, volvió a dirigirse a su comercio y el mismo policía que la asistió 24 horas antes se hizo presente en el lugar y explicó que mientras realizaba maniobras operativas, pasó por la cuadra y constató que todo se encontraba en orden. Diez minutos después, los maleantes atacaron.
La farmacia fue ha sido objetivo de malvivientes reiteradas veces desde que abrió hace muchos años, pero jamás dos días seguidos.
Cristina, una de las empleadas, contó a este diario que “faltan” móviles y por esa razón los efectivos no pueden hacer trabajos operativos en la zona. “Después de las 18 esto es tierra de nadie”, aseguró.
En la misma semana, una tienda de bebidas alcohólicas, Fullescabio, ubicada una la esquina de la misma cuadra, también sufrió un hecho de inseguridad. Unos sujetos violentaron el blindex y escaparon con 15 botellas de vino.
Cristian, quien trabaja allí desde hace dos años, confesó que fue la primera vez que le tocó vivir algo así.
Este lunes a las 20, un negocio de ropa fue asaltado por dos malvivientes. Usaron el mismo modus operandi que los primeros: llegaron en moto y, sin sacarse sus cascos, entraron al comercio, empujaron a su dueña y amenazaron con un arma a dos clientas que miraban prendas. Escaparon con 15.000 pesos de la caja, cuatro jeans, dos PosNet y un celular.
“Traté de salir para cerrar la puerta y me revolearon, todo pasó en menos de 10 minutos”, detalló Marisa, dueña del comercio Alma Buena. Como nueva medida de seguridad, agregó que se encuentra a la espera de recibir un botón antipático, con el objetivo de tener presencia policial más rápido en caso de ser necesario.
Vecinos de la zona le contaron que, este martes al mediodía, unos motochorros atacaron a una chica agarrándola de su pelo para sacarle su teléfono en Paso de los Andes y Colombia.
Sergio, otro habitante de la zona, indicó que, hace dos semanas, estacionó su auto en horas de la tarde, enfrente de su casa de calle Paraguay y México, a tan solo 400 metros de la calzada principal. Una hora más tarde, un residente cercano a su vivienda, le avisó que su vehículo estaba sin dos de sus ruedas. “Tiene tres meses el auto”, señaló.
La semana anterior a ese hecho de inseguridad, su hijo Damián salió a tirar la basura y a punta de pistola un sujeto le sustrajo su celular.
Brenda, otra vecina de la localidad, dijo que siempre fue una zona tranquila y que nunca pasó nada grave hasta este último tiempo. “Me sorprende que roben en horarios donde hay mucho movimiento”, confesó.
Todos los vecinos coinciden en que “han tomado el lugar de punto” y cuestionaron la falta de control policial. “No nos sentimos seguros”, expresaron.
Finalmente, la mayoría de los responsables de los locales comerciales tomaron la decisión de comenzar a atender tras una reja después de las 18, horario en el que se sienten más inseguros. Otros negocios solo dejarán entrar a quienes “les inspiren confianza” o sean conocidos.
Fuente: www.elsol.com.ar