En el barrio San Martín se respira intranquilidad. Hay temor en los vecinos y dolor en algunas familias. Los tiroteos vienen ganando terreno en los últimos días en ese popular sector del oeste capitalino y temen un crecimiento de estos casos por disputas entre grupos que saben moverse con el hampa. No importa si es de mañana, tarde o noche: desde el viernes se registraron tres hechos de gravedad con ataques a corta distancia con armas. Hubo dos jóvenes baleados y el asesinato de un hombre con pasado carcelario. Y la hipótesis de viejas y recientes broncas la comercialización de drogas está presente en todos los casos.
Durante la siesta del viernes, un joven de 26 años recibió cuatro balazos en la manzana 40. Hernán Alessandro Baigorria Fontagnol fue llevado en una camioneta de urgencia al Hospital Lagomaggiore y los médicos le salvaron la vida. Este caso marcó el inicio de una serie de agresiones que tenían el claro objetivo de matar.
El domingo por la noche atacaron a golpes y con armas de fuego a un chico identificado como Ticiano León, quien este martes cumplió 19 años. El caso tuvo la particularidad de que a su madre le enviaron, desde un número desconocido a su WhatsApp, cómo lo baleaban entre cuatro o cinco sujetos en la manzana G, acción que fue tomada por los investigadores como un mensaje cuasimafioso.
Por último, fue acribillado con seis balazos 9 milímetros el ex convicto Rodrigo Martín Pelayes. El crimen sucedió en una casa de la manzana 24 minutos antes de las 18 de este lunes. Por el hecho, el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello solicitó la captura de Miguel Ángel Cerón, conocido como Pipa y hermano del tristemente célebre Morocha, el delincuente juvenil abatido por la policía hace más de 20 años después de una entradera en la Cuarta Sección. Hasta este jueves, continuaba en la clandestinidad.
Estos tres casos motivaron trabajos investigativos policiales y judiciales para conocer, sobretodo, el círculo más cercano de las víctimas, los lugares que frecuentaban y las actividades que realizaban. El objetivo es determinar el móvil de los ataques, además de capturar a todos los sospechosos y conocer y profundizar mediante el análisis de las pruebas la raíz de los conflictos.
Por eso apuntaron a la búsqueda de información sobre Baigorria Fontagnol y su entorno. Este hombre es conocido desde hace años por los investigadores por su perfil delictivo. Le han seguido sus pasos por amenazas, tenencia de arma, encubrimiento, violencia de género y venta de drogas. Lo han allanado y detenido.
Un estado de WhatsApp evidenció que no se está frente un personaje menor: en una imagen a la que accedió El Sol se lo ve desafiante portando en la mano derecha una pistola calibre 9 milímetros con dos armas de combate y uso militar FAL (fusil automático ligero).
Más allá de eso y de un recordado caso, cuando fue baleado en el abdomen el 28 de octubre del 2014 en el barrio 8 de Abril de Las Heras, lo marcan como un personaje conflictivo, que viene protagonizando enfrentamientos armados con algunos malvivientes de la barriada y otros sectores de Las Heras y Godoy Cruz. Los motivos son varios, pero todo termina en sospechas de narcomenudeo.
La comercialización de estupefacientes entró en escena por varios motivos: Baigorria Fontagnol tenía como pareja a la hermana de una jefa narco que cayó en la Operación Tóxicos Blancos, a principios de agosto del 2020, que permitió a la Policía Federal desbaratar una organización narco que abastecía a gran parte de los quiosquitos de Las Heras con sustancias prohibidas. Esa banda era liderada por Soledad “Paitoca” Rioja.
La mujer fue condenada a seis años de cárcel el año pasado con el resto de los sospechosos. Más allá de esto, investigadores consultados por este diario señalaron que Baigorria podría haber tenido algún tipo de vinculación con la banda. Se basaron en que fue investigado por su relación con la hermana de la Paitoca y de un hecho ocurrido unos días antes de los allanamientos que provocaron la caída de esa organización.
En la madrugada del 5 de agosto del 2020, la cabecilla de la banda fue sorprendida con dos kilos de cocaína y medio millón de pesos. También cayeron otros eslabones. Hubo secuestro de autos y celulares. La Paitoca se encontraba en la mira de la Policía Federal desde hacía semanas. El procedimiento tuvo la particularidad de que la droga estaba oculta en cajas de leche. No fue un detalle menor.
La Policía de Mendoza había incautado poco más de una semana antes, el jueves 23 de julio, 5 kilos de cocaína que eran trasladadosen un Fiat blanco por el barrio Santa Teresita de Las Heras. Fueron efectivos de la Unidad de Acción Preventiva (UAP) los que frenaron el paso del vehículo y dieron con el polvo blanco oculto en las cajas de leche.
En el auto iban dos sujetos. Uno fue identificado como Juan Francisco Pastén, oriundo del barrio 26 de Enero y empleado de una funeraria del barrio San Martín. El cómplice logró escapar y nunca fue atrapado: para los investigadores policiales que trabajaron el caso, el hombre que huyó era Baigorria, debido a que lo tenían marcado como responsable de una cocina de cocaína vinculado con la Paitoca.
El citado 5 de agosto, en pleno proceso investigado de la Policía Federal, le secuestraron escondidos los más de dos kilos de cocaína a la Paitoca, los que estaban ocultos en el mismo tipo de cajas de leche.
Con el análisis del entorno de Baigorria, sumado a la detención de dos jóvenes oriundos del oeste de Godoy Cruz, los detectives siguen la pista de una posible pugna entre los parientes de la novia del baleado y otra organización delictiva familiar vinculada a la barra brava de Independiente Rivadavia.
El menor detenido y sus relaciones
El tiroteo que tuvo como víctima a Baigorria hace una semana desembocó en la búsqueda inmediata de los sospechosos que se movilizaban a bordo de un Fiat Uno robado. El vehículo fue captado por un lector de patentes en las avenidas Emilio Civit y Boulogne Sur Mer, en la zona de los Portones del Parque General San Martín. Ese aparato permitió localizarlo a través de las cámaras de seguridad.
Hubo una intensa persecución con fuego cruzado y los dos sospechosos que iban a bordo fueron detenidos en el barrio Bicentenario de Godoy Cruz, donde tienen base.
Uno de ellos fue identificado como Juan Agustín Jara, de 18 años, quien iba al mando del rodado y cayó en el cruce de Ángel Bustelo y Tito Francia; mientras que su presunto cómplice fue un chico de sólo 13 años, quien trató de darse a la fuga a pie por calle Mercedes Sosa luego de bajar del vehículo en el que circulaban.
Averiguaciones desarrolladas en la zona permitieron establecer que el adolescente no es un simple delincuente juvenil, sino que pertenece a una familia de renombre en el ambiente del hampa mendocino: los Jofré, quienes no hace mucho tiempo estuvieron estrechamente vinculados a la barra brava de Independiente Rivadavia.
El más conocido dentro de ese grupo familiar fue Omar Alfredo Jofré Montenegro, apodado el Camel, personaje oriundo del barrio Parque Sur, del distrito Villa del Parque, y que supo liderar durante varios años el sector más violento de la hinchada leprosa, llamada Los Caudillos del Parque.
En febrero del 2019, el Camel fue asesinado a disparos a la salida del boliche La Guanaca, en Luján de Cuyo, en medio de una interna de la barra azul.
Justamente, el menor de edad sospechado de haber participado en el tiroteo es el sobrino del Camel y tiene domicilio en el barrio Bicentenario, en la zona de Villa Marini. Allí vive otro de sus tíos y medio hermano del ex jefe barrabrava, Omar Hernando Bebe Rojas Montenegro.
El Bebe ha protagonizado diversos episodios delictivos y ha sido sindicado por detectives policiales en la comercialización de estupefacientes en el oeste godoicruceño. Años atrás, supo comandar a Los Caudillos de Parque con el Camel y su otro hermano, Cristian Nano Jofré.
Justamente, el adolescente detenido y Jara fueron sindicados por pesquisas como “soldaditos” del Bebe Rojas y una línea investigativa agrega que “hubo una orden para atacar a Baigorria debido a un conflicto por tema de drogas”.
Pero los lazos que unen al menor de edad con el mundo delictivo no paran allí, ya que este diario pudo confirmar que su padre es Denis Brian González (31), alias el Pokemón, quien supo ser hombre de confianza de su cuñado, el Bebe.
El Pokemón tomó notoriedad luego de estar sospechado de protagonizar un infernal tiroteo con personal de la extinta División Búsqueda de Prófugos el sábado 11 de abril de 2015, mientras festejaban que Rojas había salido de la cárcel días antes.
En marzo del 2016, González fue capturado por ese hecho en el Bicentenario. Por aquel entonces, policías relataron que “pidió perdón y casi se pone a llorar” durante su detención.
Por ese hecho, el Pokemón fue liberado a los pocos días por un error judicial y luego terminó desvinculado de la causa, pese a que los policías que fueron víctimas del ataque armado lo marcaron durante el juicio.
En los años posteriores, González siempre zafó de las investigaciones en su contra: en el 2018 lo detuvieron por unas amenazas coactivas y fue liberado por falta de pruebas; mientras que en el 2020 cayó por un robo agravado con arma de fuego, pero la fiscalía desistió de la acusación y terminó siendo sobreseído.
Así las cosas, siempre rodeado por un contexto criminal, los lazos familiares sirvieron para que comience a tomar fuerza la hipótesis de un ataque con trasfondo narco por una enemistad entre el grupo presuntamente liderado por el Bebe Rojas y la familia de la pareja de Baigorria.
Mientras la investigación por el ataque armado contra Baigorria, quien salvó su vida de milagro luego de recibir cuatro impactos de armas de diferentes calibre (utilizaron, al menos, dos, lo que permitió inferir que no fue sólo uno el autor) avanza en la fiscalía de Homicidios de Claudia Ríos (al igual que la balacera contra Ticiano León), los investigadores policiales también intentan atrapar al citado hermano del Morocha, quien fue identificado como autor del crimen de Pelayes, ocurrido este lunes en la misma escena general: el barrio San Martín.
Fuente: www.elsol.com.ar