Lo ocurrido en la Municipalidad de Las Heras debería ser ejemplar en más de un sentido, principalmente, por el uso de los recursos municipales y las arbitrariedades con las que se manejan a espaldas de los vecinos.
Cuando el dinero de los mendocinos se escurre de esta manera, es cuestión de tiempo para observar cómo los servicios que se deben prestar comienzan a deteriorarse y, si eso ocurre, entonces, la calidad de vida de quien mensualmente paga las tasas, también se malogra.
Si se trata de un mecanismo que venía funcionando desde hace tiempo, llama la atención que no saltara en los organismos de control extramunicipales.
La corrupción en las esferas del Estado suele ser apañada por más de un funcionario, por connivencia o temor. Destapar las ollas que se suelen armar, incluso con la participación de familiares por fuera de la estructura pública, requiere de una Justicia independiente de las presiones políticas y concentrada en la construcción de la prueba.
El escándalo salpica hacia todos lados, aunque presenta una cadena de responsabilidades penales y políticas.
Hay también una sensación que da mala espina: si no se hubiera producido una crisis político-partidaria, este tipo de situaciones quizás no se habría conocido.
fuente: elsol.com.ar