Las escuchas telefónicas entre narcos suelen transformarse en pruebas fundamentales en procesos de instrucción y debate orales federales y sirven en gran medida para determinar cómo las bandas se mueven y planifican el tráfico de sustancias ilícitas por diferentes jurisdicciones del país. Toda la sumatoria de pruebas apunta a una misma dirección: esclarecer los hechos y mantener a los culpables tras las rejas.
En el 2016, la Gendarmería Nacional desbarató una estructura delictiva internacional dedicada al transporte a gran escala de marihuana luego de once meses de investigación. Sus integrantes cayeron en La Paz mientras trasladaban, en un camión Mercedes Benz 332 paquetes envueltos con cinta que hicieron un peso de 317,891 kilogramos de esa droga, que venía desde Paraguay, pasó por varias provincias y tenía como destino final Chile, donde el cargamento podía cuadruplicar su valor.
Siete hombres llegaron a juicio dos años después y la Justicia federal los condenó a penas de entre 8 y 10 años de cárcel el 20 de setiembre del 2020. En ese proceso oral se terminó de confirmar que uno de los señalados líderes del grupo era un plomero identificado como José Luis Migoni (49), conocido como Gordo o Cocho y con base en el barrio Montbrun Ocampo de Las Heras.
Después de más de cinco años, fue capturado en su domicilio en medio de otra pesquisa por narcomenudeo: tenía en su poder 140 dosis de cocaína y un revólver calibre 38.
Este martes, Migoni iba a ser juzgado por el delito de transporte de estupefacientes agravado por la intervención de organizada de tres o más personas, como sostiene el requerimiento de elevación a juicio.
Sin embargo, la fiscalía, representada por la auxiliar María Eugenia Abihagle, amplió la acusación para que responda como organizador o financista de la banda narco, arriesgando, de esta forma, una pena que prevé de 8 a 20 años de cárcel.
Luego de la nueva acusación del Ministerio Público, el abogado de Migoni solicitó la suspensión del proceso iniciado en el Tribunal Oral Federal Nº2 para trabajar en una nueva defensa. Por fuentes judiciales, es probable que el debate contra este sujeto, quien fue marcado como parte activa en la banda que operaba en tres países y tres provincias –Formosa, Misiones y Mendoza– se desarrolle la próxima semana.
La reconstrucción sostiene que la banda comenzó a ser investigada gracias al secuestro de un teléfono celular a un hombre identificado como Ernesto Rolando Vallejos, en Punta de Vacas en el 2015. Ese sujeto transportaba 44 kilos de marihuana en un Renault Clio. Los peritajes ordenados en el aparto de telefonía móvil permitieron concluir que existía una organización criminal dedicada la tráfico de la droga hacia el vecino país.
Se formó una nueva causa y ordenaron intervenciones telefónicas, trabajos de calle e inteligencia. En agosto del 2016, los gendarmes supieron que la banda iba a transportar un cargamento millonario en un camión Mercedes Benz que salió de Misiones. Gran parte de los panes habían sido cargados y ocultados en las ruedas del pesado rodado entre el 17 y el 18 de ese mes y debían llegar a Mendoza un par de días después.
Migoni venía siendo escuchado por los gendarmes, igual que a los otros integrantes de la banda. Una de las conversaciones registradas con un hombre de nacionalidad paraguaya sirvió como prueba para conocer cómo organizaban el ocultamiento del estupefaciente en las ruedas del camión. Hablaban en código pero, con el paso de las horas, los pesquisas lograron descifrar la idea que se encontraba en pleno desarrollo.
“Ahora si quiere cargar lo que está con el caballito (camión) solo, puede cargar, pero no sé si nos va a servir a todos, son 400 metros (kilos), vos fijate, hablá con él si quiere cargar, no hace falta que ni yo vaya, eso vos te podés manejar con él, directamente a lo de mi vieja adonde vos quieras. Vos decile, mirá, si te animás a cargar eso con el caballito, dejalo en la cola (semirremolque) allí, mientras que ellos siguen laburando y te sirve, bueno, llevalo eso y yo te espero allá, vos andá, esperalo allá si te dice que sí…y eso lo llevás directamente a lo de mi hermano y mi hermano te va a llevar a un lugar adecuado. Fijate y habla y confirmame, así yo le doy el okey a Tomás; se puede, claro como que no, si eso vos lo manejás. Producto no nos falta, lo que nos falta un poco de dinero…”; a lo que Migoni manifiestó: “Para acá se puede venir, derechito para acá, dale, papá, así me gustó más. Ahora lo llamo y te llamo a vos, que se venga completo, pero que se lo traiga en las cubiertas, en las ruedas de auxilio; yo le voy a decir que él se lo traiga en las cubiertas”.
De esta forma, el 18 de agosto, el camión fue trasladado a Corrientes para incorporar una carga de madera. Luego partió hacia Mendoza. Las celdas iban captando que otros de los miembros de la organización –Tomás Ariel Villa, su padre, llamado igual, y Reinaldo Ramón Romero– se encontraban marcando punta en un Toyota Corolla.
Finalmente, a las 2 del 20 de agosto, llegó hasta el control de La Paz el citado auto con los tres ocupantes. Les frenaron el paso y los aprehendieron. Una hora después arribó el Mercedes Benz con semirremolque conducido por Rogelio Flores y acompañado por Teobaldo Raúl Gatica. Luego de revisar el vehículo, encontraron 332 paquetes de marihuana embalados en cinta de empaque, con un peso de 317,891 kilogramos. Una parte de del cargamento –27 ladrillos–estaba en un bolso en la cabina.
Con el paso de las horas, se realizaron allanamientos en las viviendas ubicadas en Guaymallén de los otros financistas: Ramón Alberto Orozco y Cristian Antonio Escobedo, apodado Padrino. También, en el barrio Montbrun Ocampo de Las Heras, para atrapar al restante sospechoso de ser organizador, José Luis Migoni, pero no lo encontraron.
El debate contra los detenidos en el Arco Desaguadero se desarrolló en setiembre del 2018. Varela y Escobedo fueron sentenciados a 10 años de cárcel como coautores del transporte de estupefacientes en calidad de organizadores o financistas.
Por su parte, Flores, Gatica, Tomas Ariel Villa, su padre y Reinaldo Romero fueron sentenciados a 8 años por transporte de drogas agravado por la participación de tres o más personas.
El Gordo o Cocho estuvo más de cinco años prófugo. Tal como reveló este diario, fue atrapado el 17 de febrero luego de una investigación de la Policía Federal por narcomenudeo.
La División Unidad Operativa Federal de Mendoza lo sorprendió en el mismo domicilio que habían requisado años antes por la megacausa contra la banda internacional. Le secuestraron 140 ravioles de cocaína, un revólver calibre 38 y dos teléfonos celulares.
Fuente: www.elsol.com.ar