Diego Céspedes Ortiz (54) fue encontrado muerto el jueves en su taller de Las Heras por un hombre que lo frecuentaba diariamente. El testigo, que se movilizaba en una silla de ruedas, fue quien llamó al 911 y dijo que su amigo se había quitado la vida en su casa del barrio Solares del Borbollón. El caso comenzó a trabajarse como un suicidio por esa comunicación a la línea de emergencias, pero, con el paso de las horas, Policía Científica confirmó que se trataba de un asesinato.
Céspedes Ortiz presentaba una importante lesión con sangrado en la cabeza. Lo habían golpeado con un elemento metálico –podría ser el repuesto de un auto– y el diagnóstico inicial confirmó corte en la nuca con traumatismo de cráneo.
El caso quedó en manos del fiscal de Homicidios Carlos Torres, y efectivos de Investigaciones comenzaron a sumar pruebas en la causa. En las últimas horas, trascendieron una serie de datos que podrían estar relacionados con el móvil del hecho. Los pesquisas apuntan a alguien del círculo íntimo Céspedes Ortiz como autor del ataque y al posible robo de dinero que habría cobrado en los últimos tiempos.
Fuentes judiciales y policiales detallaron que el hombre ultimado vivía solo en el lugar. Un hijo, con quien no habría tenido una buena relación, de acuerdo con lo aportado por el testigo, había viajado a España un par de días antes para radicarse en ese país.
Al parecer, Céspedes Ortiz pasó las últimas horas antes de ser asesinado con una persona que conocía. La propiedad no presentaba puertas o ventanas violentadas y, por eso, la teoría de un hecho de inseguridad tipo asalto fue descartada en los primeros informes. A lo que sí apuntan es a que el homicida sabía de la existencia de dinero (no era mucho y las fuentes pidieron reserva sobre la cantidad) que guardaba la víctima.
Por eso estiman que, después de pasar algunas horas juntos, el matador tomó un elemento metálico macizo del taller y golpeó al mecánico cuando se encontraba de espaldas. “Podría tratarse de un caso de homicidio por alevosía, ya que la víctima no tuvo opción de defenderse”, destacaron las fuentes consultadas.
Perpetrado el crimen, el autor fue en búsqueda del dinero y revisó algunos sectores particulares de la propiedad. Los investigadores realizaron una reconstrucción y analizaron todos los rastros que levantaron.
Así las cosas, los policías de la División Homicidios y el fiscal Torres entienden que la causa podría llegar a presentar detenidos en un tiempo no muy lejano, una vez que continúen los trabajos de análisis de pruebas y se profundicen algunas medidas relacionadas con peritajes.
El crimen del mecánico de Las Heras
La historia del asesinato en el taller ubicado en la manzana C lote 24 del barrio Solares del Borbollón comenzó a escribirse tras un llamado al CEO minutos después de las 18. Un hombre alertó sobre la muerte de un amigo que frecuentaba diariamente en el predio.
El testigo dijo que halló a Diego Céspedes Ortiz lleno de sangre en uno de los sectores del domicilio. Los primeros policías desplazados hasta la escena contaron que entrevistaron al hombre que hizo el llamado, quien se encontraba en silla de ruedas, y contó que la última vez que lo había visto había sido el miércoles por la tarde.
Aseguró que se había tratado de un suicidio porque Céspedes Ortiz se encontraba depresivo por problemas de consumo de drogas y conflictos con un hijo que se había mudado hacía pocos días a España.
Lo cierto es que Policía Científica trabajó en el teatro del hecho y confirmó que el hombre nacido el 8 de junio de 1969 presentaba al menos dos lesiones en la cabeza. El elemento utilizado para atacarlo se encontraba en el lugar y fue secuestrado.
Con estas pruebas, más el análisis que se realizó en la propiedad, concluyeron que Céspedes fue atacado por alguien que pasó la noche con él y que conocía sobre sus movimientos de dinero.
Fuente: www.elsol.com.ar