Se sabe que una imagen, la mayoría de las veces, vale más que cien palabras. Eso es lo que ha sucedido con la reunión de los diez gobernadores de Juntos por el Cambio: el aparentemente simple documento de una carilla y media que difundieron ha valido mucho más que todo lo que en conferencia de prensa develaron y comentaron del encuentro sus voceros, Alfredo Cornejo (Mendoza) y Nacho Torres (Chubut).
Mientras Cornejo se ha preocupado por dejar en claro que estos gobernadores –una nueva liga de poder federal que tendrá como función, o eso se espera, recomponer la maltrecha coalición opositora que voló por los aires tras la derrota de octubre–, comprenden el deseo de cambio rotundo para todas las cosas en el país que expresó el voto de la mayoría de los argentinos y que, por esa razón, además, se proponen como garantes de la gobernabilidad y de la legitimidad de lo manifestado, el papel que difundieron va mucho más allá, es más profundo, parece estar lleno de advertencias y le sugiere al nuevo gobierno de Javier Milei que los tenga en cuenta, porque ellos también han sido y son la expresión de lo que los pueblos en sus provincias han preferido. Las palabras, en definitiva, han sido componedoras y comprensivas; el documento no ha andado con vueltas y ha ido al hueso.
Los gobernadores son los mencionados de Mendoza y Chubut, más Gustavo Valdés (Corrientes); Rogelio Frigerio (Entre Ríos); Carlos Sadir (Jujuy); Leandro Zdero (Chaco); Marcelo Orrego (San Juan); Jorge Macri (CABA); Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Claudio Poggi (San Luis). Salvo Cornejo, que vuelve a la Gobernación en un hecho novedoso para la provincia, y Valdés que gobierna hasta el 2024, año en el que Corrientes tendrá su elección por un nuevo gobierno, el resto hará su primera experiencia desde Juntos por el Cambio al frente de provincias que vienen de ser gobernadas, básicamente, por el peronismo y por varios años, como San Luis, San Juan, Chaco y Entre Ríos, y por el socialismo y el peronismo alternadamente, como Santa Fe.
Está claro que lo que se avecina, con ese cambio de época que se supone inaugurará el nuevo presidente Javier Milei, demandará equilibrio, mucha paciencia y buen manejo de los tiempos para interpretar en qué momento y cuándo apretar el acelerador por las exigencias, reclamos y reivindicaciones para las provincias. Un comportamiento que obligará más a este grupo de gobernadores que los que directamente se van a ubicar en la oposición más dura, lo que parece más lógico.
“La Liga” tiene por delante estos desafíos: apuntalar a Milei y darle sustento en caso de que la gobernabilidad se vea amenazada por las reformas estructurales y el ajuste que se presume va a ejecutar el nuevo gobierno y, por otro lado, no abandonar los reclamos por el avance que ha tenido la gestión de Sergio Massa en Economía sobre sus partidas, afectando la coparticipación por la eliminación de Ganancias y el impacto del programa Compre sin IVA.
El documento ha dejado en claro que estos gobernadores buscarán “influir” en el rumbo del país, que van a desplegar esa vocación y le han expresado a Milei, por si acaso no lo tuviese en claro, que los bloques de Juntos por el Cambio en los que ellos, como jefes de gobierno de alguna u otra manera inciden, “serán determinantes en la próxima gestión”. Y cuando le han pedido a Milei que los tenga en cuenta, le han señalado que el no hacerlo terminará afectando la gobernabilidad en sus distritos con consecuencias no deseadas. Se refieren literalmente a las decisiones que tomó Massa respecto de los cambios en Ganancias y en el IVA, medidas que afectaron los recursos provinciales, pero que fueron, a la vez, apoyadas por el presidente electo en su rol de diputado.
Mendoza y Corrientes ya demandaron a la Nación por los recursos coparticipables afectados. Para el caso de nuestra provincia, se han calculado alrededor de 7.000 millones de pesos entre octubre, noviembre y diciembre, y unos 170.000 millones para todo el 2024.
Y también los diez gobernadores han expresado su apoyo a los gobernadores del Norte Grande que le han exigido a Alberto Fernández lo que sería casi un último acto de un gobierno que termina con los despojos y más que desdibujado, casi una caricatura de sí mismo: la firma de un decreto “urgente” que compense parcialmente la detracción de los fondos, “pero alertamos –firmaron en el documento–, que esa medida no soluciona el problema de fondo ocasionado por ese cambio en las reglas de juego que nosotros advertimos y no acompañamos en su momento”.
FUENTE: elsol.com.ar