La Justicia federal volvió a condenar la tarde de este martes al reconocido narco mendocino Jorge Andrés “Mimo” Cataldo (35), luego de ser detectado mientras se encontraba en la cárcel que organizaba el traslado a Mendoza de una importante cantidad de marihuana desde el norte del país a fines del 2020 con la ayuda de familiares, camioneros y hasta el dueño de una empresa de logística y transporte.
La nueva investigación que le iniciaron, mientras purgaba 9 años de cárcel que recibió en el 2018 por ese mismo delito, permitió el secuestro de 622 ladrillos de marihuana paraguaya que hicieron un peso total de 485 kilos en dos procedimientos desarrollados en diciembre del citado año. El objetivo de la organización, se desprendió de la pesquisa que realizó la Policía contra el Narcotráfico (PCN), era intentar distribuirlos en diferentes quiosquitos de revendedores del Gran Mendoza.
Luego de algunas jornadas de debate, el Tribunal Oral Federal Nº1, integrado por María Paula Marisi, Daniel Alberto Carelli y Alejandro Waldo Piña, halló culpables a casi todos los acusados tal como habían solicitado las auxiliares fiscales María Cristina Valpreda y María Marta Poggio. En total, fueron 11 los condenados.
El Mimo Cataldo recibió la pena más dura: 14 años de cárcel y declaración de reincidencia como organizador de transporte de estupefacientes y comercialización, agravado por la participación de tres o más personas. Su madre, María Eugenia Olmedo (52), fue sentenciada a 12 años de cárcel. La pareja de ella, quien era inspector de Tránsito de Godoy Cruz, llamado Ángel Plácido Maldonado, recibió 3 años de cárcel. Un tío y mano derecha en la cárcel del Mimo, identificado como Cristian “Kika” Olmedo (50), fue condenado a 6 años de encierro, al igual que dos hijos.
Los camioneros Federico Britos, Carlos Suárez y Martín Quevedo también fueron sentenciados a esa pena: 6 años. Hubo otros hallados culpables con diferentes roles dentro de la estructura delictiva que deberán cumplir entre 3 y casi 5 años encierro, contaron fuentes judiciales. Entre ellos se destaca del propietario de una empresa de logística y transporte, quien recibió 4 años y diez meses de prisión.
La investigación mendocina de la PCN
A fines del 2020, una comisión mixta de pesquisas de la PCN, AFIP-DGA y el GOC-NEA (Grupo Operativo Coordinado del Nor-Este Argentino –conformado por Gendarmería Nacional y Policía de la Provincia de Misiones–) trabajó en Posadas y desplegó una serie de allanamientos para identificar los lugares de acopio de la marihuana de la organización que tenía como máximos responsables al Mimo Cataldo y a su madre.
Identificaron lugares donde la banda acondicionaba los camiones para el transporte de la sustancia prohibida y encontraron una prueba clave para la instrucción: restos de la misma madera hallada en los pesados rodados donde escondían los ladrillos.
Además, trajeron desde la citada provincia 408 panes (310 kilos) correspondientes al primer secuestro de la droga, realizado el 4 de diciembre de ese año en Misiones. Los mismos fueron anexados a la causa por la otra incautación posterior que permitió la captura del Mimo durante una serie de operativos desarrollados 21 días después, justo para la Navidad.
Con el dato del arribo del cargamento a la provincia, los efectivos le frenaron el paso a un camión blanco con semirremolque que venía desde el norte argentino en el control fitosanitario de Iscamen sobre la ruta 40, en el límite con San Juan. Al requisarlo lograron incautar 214 ladrillos que hicieron un peso total 175 kilos.
Los efectivos de la PCN iniciaron los trabajos investigativos para desbaratar a la gavilla narco cuando tomaron conocimiento -a través de escuchas telefónicas- que el Mimo mantenía contactos para traficar marihuana con su mamá, identificada como María Eugenia Olmedo y su padrastro, el otrora inspector de Tránsito de la Municipalidad de Godoy Cruz Ángel Plácido Maldonado.
Olmedo y Maldonado fueron sindicados como los responsables de un negocio en el oeste de Godoy Cruz y coordinaban la logística de traslado con el “Mimo”, quien se encontraba en la Granja Penal de Gustavo André, donde pasan sus días los internos con buen comportamiento que están a punto de recibir beneficios que los dejan a fuera de cualquier centro de detención.
Justamente, el Mimo, el 24 de diciembre del 2020, salió de ese penal con la excusa de pasar las fiestas y reencontrase con su familia. Lo habían detenido en agosto del 2016 por transportar 700 kilos de marihuana desde Formosa y condenado el 5 de diciembre del 2018 a 9 años de cárcel. Su padre, José Miguel Cataldo Ruiz, y un socio-camionero que llevaba el cargamento, también fueron sentenciados.
Pero los detectives de la PCN no creyeron en esa versión de reencuentro y brindis familiar. Para ellos, el había accedido a la salida transitoria para ultimar los detalles para la “recepción, ocultamiento y distribución” del último cargamento de marihuana que iba a llegar a la provincia, tal como detallaron fuentes del caso.
Efectivamente, un día después, los policías secuestraron en el norte provincial los 175 kilos de la droga que venía oculta en madera. Detuvieron al Mimo, a su madre, al padrastro, a un tío de parte de madre que también pasaba sus días en la cárcel identificado como Cristian “Kika” Olmedo y también a tres camioneros. Estos hombres, de acuerdo con las fuentes, habían sido contratados para llegar hasta Mendoza.
Los identificaron como Carlos Suárez y Martín Quevedo (venían con los 175 kilos) y Federico Britos, que había logrado fugarse en Posadas cuando primero se incautaron los 408 ladrillos y terminó siendo reducido días después en una estación de servicios en Maipú.
Fuente: www.elsol.com.ar