Personal del Ecoparque está trabajando en la captura de los monos caí (Sapajus cay), del ex zoológico de Mendoza. Se trata de ejemplares que viven en semicautividad desde el 1990 y suelen verse paseando libremente por la zona del Cerro de la Gloria.
Desde el Ministerio de Energía y Ambiente se informó que el rescate es “respetuoso” y tiene como fin registrar, conocer el estado de salud de los especímenes y poder eliminar los riesgos a los que esta forma de vida los ha sometido, como electrocuciones, amputación de partes del cuerpo e intoxicaciones, entre otros.
El procedimiento se realiza a través de cebos para que los monos ingrecen en los recintos y así encerrarlos para hacer los chequeos médicos y evualar la castración.
“Es necesario recordar que los primates no son animales domésticos, que la población no debe darles alimentos que pueden poner en riesgo su salud y solicitar que se evite interactuar con ellos, ya que esta conducta puede resultar peligrosa tanto para las personas como para los animales“, se informó desde el Ministerio.
Traslado de los carayá
Desde el cierre del zoológico, el Ecoparque vienen desarrollando planes para brindarles mejor calidad de vida a los primates, como la derivación de la chimpancé Cecilia al Santuario de Sorocoba en 2017 y la construcción en la actualidad de un nuevo recinto para monos papiones.
A su vez, trabaja en el posible traslado de los carayá (Alouatta caraya), también conocidos como aulladores, al Centro de Rescate e Interpretación de Fauna La Esmeralda, ubicado en Santa Fe, zona de distribución natural de estos especímenes.
Gracias a un convenio de trabajo colaborativo con la Facultad de Veterinaria de la Universidad Juan A. Maza, este año se inició el Proyecto Alouatta Caraya, con la formación de un equipo a cargo de Agustina Tapia y con profesionales del ámbito provincial, personal del Ecoparque y pasantes de la facultad.
Los resultados generados en este programa indican un buen estado sanitario en la mayoría de los individuos y una población con edades superiores a 10 años.
El director del Ecoparque, Ignacio Haudet, expresó que “el proyecto permite generar información que hasta su inicio no existía sobre los animales y al mismo tiempo procurar su bienestar. Se basa en dos objetivos principales: mejorar su calidad de vida por medio de la ambientación de sus recintos y conocer el estado de salud de la población de los aulladores en el predio”.
La antigua sala de necropsias fue reacondicionada como sala de procedimientos donde se les practicaron análisis de materia fecal e hisopados y se les extrajo sangre para conocer su estado sanitario mediante hemograma, bioquímica, y determinación de enfermedades infecciosas, como tuberculosis, fiebre del oeste del Nilo, paludismo, leishmaniasis, tripanosomiasiszika, chikunguña, dengue, herpes e influenza.
Luego del diagnóstico de los animales, se diseñó y ejecutó un plan de ambientación de sus recintos a fin de estimular conductas propias de la especie.
Para la elaboración y construcción de nuevas estructuras se reutilizaron y reacondicionaron recursos descartados anteriormente. Los objetos que forman parte de la ambientación fueron diseñados para que su instalación, limpieza y mantenimiento sean de fácil y práctica resolución.
Fuente: www.elsol.com.ar