Más allá de un trasfondo de estafa con compra de un vehículo con cheques apócrifos, el secuestro de un hombre el 16 de marzo del 2021 en Las Heras generó una importante investigación policial y federal que permitió la captura de tres sujetos.
La víctima permaneció retenida en una vivienda casi ocho horas y fue liberada luego del pago de un rescate de 175 mil pesos en zona de la lateral oeste de la Ruta 40, en el citado departamento. Para los pesquisas judiciales y policiales que trabajaron en el caso, los detenidos del caso actuaron porque uno de ellos había sido engañado el año anterior con la venta de un rodado y buscó recuperar el dinero secuestrando a modo de venganza.
El caso llegó a juicio oral en los Tribunales federales a principios de mes con los tres procesados: el mecánico Jonatan Ezequiel Cruzate (36), el albañil Nicolás Alan Fredes (26 y apodado Chino) y el verdulero Nicolás Fabián Nuñez (27 y conocido como Pipi).
Y este lunes, luego de los alegatos de las partes, el Tribunal Oral Federal Nº1, representado por Alejandro Waldo Piña, Alberto Daniel Carelli y María Paula Marisi, dio a conocer la parte resolutiva de la sentencia. Condenó a los tres sujetos al hallarlos culpables del delito de secuestro coactivo: “Se impondrá prisión o reclusión de 5 a 15 años, al que sustrajere, retuviere u ocultare a una persona con el fin de obligar a la víctima o a un tercero, a hacer, no hacer, o tolerar algo contra su voluntad. Si el autor lograre su propósito, el mínimo de la pena se elevará a 8 años”; agravado por la participación de tres o más personas y por actuar con violencia o intimidación contra las personas mediante el empleo de arma de fuego.
Cruzate y Fredes recibieron 13 años y ocho meses de cárcel, tal como había solicitado la fiscalía, y Núñez fue sentenciado a 13 años y cuatro meses de encierro.
Lo que sí, durante los alegatos, el Ministerio Público había pedido esas penas pero por el delito de secuestro extorsivo, tal como se desprendía del requerimiento de citación a debate.
Cómo se organizó y desarrolló el secuestro
El requerimiento de elevación a juicio del fiscal Fernando Alcaraz señala que la víctima –se reserva su identidad- fue convocada por los sujetos a un domicilio de calle Pringles a la altura catastral 2700 de Las Heras porque había quedado en reunirse con una persona que tenía a la venta dos autos. Los vehículos, un Peugeot 206 y un Renault Clio -ambos negros- eran ofrecidos a través de Facebook.
La víctima llegó hasta la zona indicada desde la casa de su madre en el departamento de Rivadavia en un remís y observó a un sujeto que le silbó para que frenara la marcha. En ese momento, creyó que se trataba de la persona que ofrecía los vehículos a la venta y descendió el vehículo para ir en su encuentro.
Mantuvo un encuentro con una persona de unos 25 o 30 años que llevaba un barbijo colocado –por esos días, era obligatorio su uso por la pandemia del coronavirus– y ambos subieron a un Peugeot 206 porque debían trasladarse hasta un domicilio ubicado a la vuelta de donde permanecían. Todo se trataba de un engaño.
En el interior de ese auto circulaban otros dos hombres y uno de ellos iba sentado en el asiento del acompañante y era marcado como el que “dirigía al grupo”. De acuerdo con la investigación, se trataba de Cruzate, “a quien le había comprado un auto con un cheque fraudulento”.
Después de ese momento se vivieron momentos de tensión. La víctima fue atacada a golpes con armas de fuego (serían una calibre 40 y dos 9mm) y le colocaron una remera negra en la cabeza. La trasladaron hasta un domicilio después de circular entre “cinco y diez minutos” y allí lo mantuvieron retenido y ocultado.
En una habitación fue atada de pies y manos con un cable grueso y obligada a sentarse en una silla. A partir de ese momento, la familia comenzó a recibir llamadas en las que le exigían 800.000 pesos a cambio de la liberación. Las comunicaciones fueron tomadas por la madre y la pareja de la víctima.
Entre las 22.28 del 16 de marzo hasta las 4.32 del 17, la progenitora del joven atendió 15 comunicaciones. La mujer acordó el pago de una suma de 175 mil pesos y fue convocada a pagar el rescate cerca del aeropuerto de Mendoza. Mientras esto sucedía, personal de la Unidad Investigativa de Rivadavia-Junín de la Policía de Mendoza ya se encontraba en el domicilio con la mujer siguiendo todos los pasos del caso.
La madre del secuestrado viajado desde Rivadavia junto con su marido al volante de un Renault Clio y orilló el vehículo pasadas las 5.05 sobre la ruta 40, cerca del Parque Industrial de Las Heras.
El papá del joven sacó el brazo izquierdo por la ventanilla del conductor exhibiendo una bolsa negra de tela con el dinero y sus teléfonos celulares y la misma fue arrebatada por una persona que se movilizaba en el asiento del acompañante de un Peugeot 206 negro.
Los señalados secuestradores realizaron un giro en U y así consiguieron el pago del rescate. A las 5.40 de ese 17 de marzo, finalmente la banda liberó al joven cerca de una fábrica, en esa misma calzada. Caminó y fue encontrado por personal policial que rastrillaba el lugar, debido a que se había comunicado con un amigo en dos oportunidades para avisar que se encontraba “libre y perdido”.
En ese momento, efectivos de la División Escuchas Telefónicas y Antisecuestros Extorsivos también desarrollaba tareas en el área. Cuando tomaron contacto con él, advirtieron que presentaba lesiones en la cabeza, rostro y rastros de sangre en sus prendas de vestir.
“Mientras me encontraba en el lugar, me empezaron a pedir la plata ellos creían que yo iba con la plata para comprar los autos ya indiqué; me confundían con una persona que lo nombraron como Maxi Videla que era de Maipú, también me decían que yo le había pegado a la mujer de alguien, que le había pegado a uno de ellos, no eran claros con las cosas que decían. Cuando les exprese que yo tenía dinero solo tenía la billetera de cuero color marrón con más o menos 8000 o 9000 pesos, una foto carnet mía y de mi novia y una pulsera roja tipo cordón artesanal, me sacaron la billetera y el teléfono marca Samsung J 3 color gris que tiene una trizadura. Ahí es cuando me dicen a quién podían llamar por teléfono para que le entregue plata, mientras tanto me golpeaban, ahí les digo que podían llamar a mi mamá o mi hermana”, declaró la víctima en instrucción.
Con el paso de los días, los sospechosos fueron siendo atrapados y quedaron a disposición de la Justicia. Llegaron a juicio por secuestro extorsivo pero el tribunal entendió este lunes, básicamente, que los autores buscaron recuperar el dinero reteniendo a la víctima y realizando llamadas a su familia luego de ser engañados con la venta de un vehículo.
Fuente: www.elsol.com.ar