Los dramáticos casos de violencia de género y abuso sexual que tienen a un radiólogo imputado

El hombre tiene 52 años y ha sido denunciado varias veces por maltratos contra quien era su pareja. Los hechos, ocurridos en los últimos años en una casa de Ciudad, llegarán a juicio en los próximos días.

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“Yo sé cómo hacer para que se te separe el codo del brazo y el hombro del cuerpo y te mueras de dolor. Así le hacíamos a las vacas”; o “te voy a matar a vos y a tus hijos, te voy a enterrar en el patio de la casa, no mejor en el pozo ciego, no te va a encontrar nadie”, eran las frases que un hombre acusado de violencia de género y abuso sexual repetía a su esposa mientras la golpeaba en la casa que compartían en el oeste de Ciudad.

Tiene 52 años, trabajaba como radiólogo en el Hospital Metraux y actualmente se encuentra con prisión preventiva dictada pero con el beneficio de la detención domiciliaria.

En los próximos días, comenzará a ser juzgado por una batería de delitos que le imputó la fiscal de Violencia de Género María Belén Sanz, luego de las denuncias presentadas por su ex pareja y madre de sus dos hijos varones: abuso sexual agravado por ser con acceso carnal y cometido con arma en concurso real con privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida con violencias, en contexto de violencias contra la mujer.

La mujer trabajaba con él en el mismo nosocomio y desde hacía años venía detallando a diferentes investigadores judiciales el maltrato físico y psicológico que sufría en la propiedad donde vivía con el acusado y sus hijos, quienes hoy son adolescentes.

El hecho principal que se ventilará próximamente en un debate oral ocurrió hace más de siete años, pero también hubo otras denuncias posteriores por maltrato que se fueron resolviendo en diversos juzgados.

Incluso, la denunciante relató que, en una oportunidad, su pareja le pegó en el rostro y provocó que ella perdiera una pieza dentaria; agregando en una de las tantas declaraciones y presentaciones que utilizaba los teléfonos celulares de los hijos y se hacía pasar por ellos para enviarle mensajes para que se matara.

“Era una seguidilla de acoso, no había estabilidad emocional, donde ella no podía convivir en paz con sus hijos, porque este hombre no se lo permitía, donde le mandaban mensajes, diciéndole ‘mamá morite, no pensás en morirte, lo mejor que podés hacer es matarte, así le dejás la casa al papá’”, declaró una hermana de la víctima en referencia a esta situación, asegurando que no eran los chicos los que redactaban los chats.

Uno de los hechos que motivaron las imputaciones en contra del profesional para que se siente en el banquillo se denunció en el 2022, pero ocurrió en diciembre del 2016, el último día de finalización del ciclo lectivo, cuando la pareja se encontraba en su domicilio del barrio Raíz II de Ciudad.

Enfurecido, el hombre comenzó a insultar a la mujer en una habitación porque había permitido a sus hijos ir a una piyamada. La agredió verbalmente, la tomó de los pelos e intentó que le practique sexo oral. “Sos una frígida, tenés cuerpo de hombre”, le dijo de acuerdo con la investigación del Ministerio Público, que tuvo el apoyo de los abogados querellantes Franco Migliavacca y Emiliano Marlia.

Al otro día, a las 9, el maltrato continuó y el radiólogo volvió a increparla. La arrojó contra la cama y el golpe causó una lesión en el coxis. Mientras la mantenía encerrada bajo llave, llevó cuchillos de cocina -de gran tamaño, como relató en su declaración la denunciante- y abusó sexualmente de ella con un pene de goma. La víctima no podía moverse porque la sujetaba del cuello y le impedía respirar con normalidad.

La investigación comenzó a trabajarse con la hipótesis de un caso de violencia de género que se extendió durante años. La víctima denunció varias veces a su esposo por diversos hechos. Por ejemplo, el 21 de abril del 2019, el sujeto habría ingresado a su domicilio y se llevó algunas pertenencias y provocó daños en electrodomésticos. En noviembre de ese mismo año, fue sobreseído.

En marzo del 2020, se metió a la casa y se llevó a los hijos. Lo acusaron por desobediencia a la autoridad, violación de domicilio y amenazas simples. Ese mismo mes, también se originó un nuevo expediente tras ser denunciado por impedir que la madre viera a sus hijos. Ambas causas fueron elevadas a juicio: en la primera se le otorgó una suspensión de juicio a prueba y en la segunda lo sobreseyeron.

El imputado declaró durante la instrucción que llegará a juicio y aseguró que fue denunciado por su ex mujer porque él le había sido infiel. Señaló que la denunciante cambió luego de la muerte de su padre y que ella le pidió que se separaran. Y dijo que los hijos querían vivir con él porque le tenían miedo a su madre, “porque ella les pegaba”.

Lo cierto es que, para la fiscalía, el hombre “adoptó una posición de poder en detrimento de la denunciante. Para sostener y beneficiarse de esa desigualdad, se valió de violencia psicológica asociada a celos intensos y conductas posesivas, violencia física y sexual. Mientras que, la mujer, adoptó un posicionamiento de estatus inferior que se fue consolidando”.

Debido a que “los hechos denunciados resultan materialmente posibles, fehacientemente verificables y se encuentran corroborados con prueba objetiva”, tal como sostiene el requerimiento de elevación a juicio, próximamente el acusado deberá responder en un proceso oral que definirá si es condenado o absuelto.

Fuente: www.elsol.com.ar

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