Un destacado grupo de la barra brava de Godoy Cruz Antonio Tomba se encuentra en mira de una pesquisa policial y judicial desde hace semanas por los graves incidentes que se registraron en el Malvinas Argentinas durante el primer tiempo del encuentro ante el Club Atlético Sarmiento de Junín por la fecha 13 de la Copa de Liga Profesional, a principios de este mes.
Ese lunes 8 de abril por la noche se disputó el último partido de local del torneo y la facción con más poder de la hinchada se enfrentó con los uniformados durante varios minutos cuando el partido ya había comenzado, causando destrozos por más de 25 millones de pesos en las instalaciones del estadio. Todo tenía una explicación de base: aprietes a las autoridades de la institución deportiva para conseguir más entradas para la parcialidad más violenta de la hinchada.
Durante este fin de semana, hubo tres detenidos -más un menor que fue liberado- luego de trabajos de la Unidad Investigativa de Capital (UID) e Inteligencia Criminal (IC) en una causa que lidera el fiscal de Delitos No Especializados Gabriel Blanco.
La individualización y posterior identificación de integrantes de la banda de la Banda del Expreso se logró gracias al apoyo -fundamental- de lo que registraron las cámaras de seguridad del estadio, sumando la declaración de testigos -los dirigentes de la institución aportaron poco, destacaron fuentes del caso a este diario- y el entrecruzamiento de datos entre áreas investigativas.
Casi todos los allanamientos -de un total de ocho- se desarrollaron en viviendas del departamento de Godoy Cruz, precisamente en el barrio La Gloria de la triple frontera, donde tiene base la familia Aguilera. Se desplegaron con la mayor de las reservas pero trascendieron en las últimas horas, quedando un par de personajes en la orden del día.
Justamente, “al menos” dos domicilios de la familia que lleva años al frente de la barra en la manzana B recibieron la “visita” de policías de Investigaciones con el objetivo de ejecutar una de las órdenes derivada de las labores de identificación: detener a Carla Aguilera, la mujer marcada en estos tiempos como quien lleva los negocios de la barra con el apoyo directo de uno de sus hermanos, Diego Aguilera, conocido como Asesino, actualmente preso en la cárcel federal de Cacheuta por una causa de narcotráfico.
La joven, madre de tres hijos, no se encontraba en la propiedad el viernes a las 20 cuando la fueron a buscar y quedó con pedido de captura por daño agravado. Fuentes consultadas por El Sol señalaron que es probable que en las próximas horas se ponga a disposición de las autoridades judiciales para responder por el delito que le endilgan, que se desprende de la Ley de Espectáculos Deportivos.
El quiebre de la familia Aguilera
Carla también es hermana del otrora jefe de la hinchada, Daniel el Rengo (condenado en el 2020 a 12 años de cárcel por comercio de drogas), de Juan Carlos el Moncho (pasó 17 años preso por asesinato) y también de Walter.
Este último murió en julio del 2022 luego de un confuso episodio relacionado con la ingesta de cocaína para comercialización en el interior del penal federal. Por ese hecho se tramitan expedientes penales y civiles por la presunta falta de custodia del Estado en el interior del establecimiento carcelario.
La muerte del menor de los varones y también la causa que mantiene a Diego a la espera del debate oral federal provocó un quiebre sin retorno en la relación entre los hermanos Aguilera, trasladando parte de esos conflictos a la hinchada y a los personajes que respondían a ellos.
Por las fuentes que consultadas por este diario, se supo que el Rengo Aguilera quedó afuera de la barra tras la muerte de su hermano más chico y permanecería con un rol totalmente secundario.
Varios integrantes de la familia culparon al “histórico” líder de estar relacionado con la muerte de Walter, quien presentaba problemas de consumo de sustancias y habría sido utilizado como mula para ingresar al pabellón donde se encontraba cápsulas de cocaína en el estómago. Uno de los envoltorios “estalló” en su vientre y esto le provocó el deceso, se desprende de la instrucción sobre el caso.
Con el paso del tiempo, Diego Aguilera quedó a cargo y “colocó a su gente” en la hinchada. Entre ellos se encontraban algunos hombres, como “el Gordo Eze” (aseguraron que lo traicionó) y también su hermana Carla. Debido a esto, la joven que supera los 30 años es marcada por los pesquisas como la representante de la familia Aguilera en la hinchada del Tomba para no perder los negocios.
Por último, las fuentes aportaron que Carla no es mencionada como “jefa de la barra” en el expediente pero sí se encuentra complicada por lo que registraron las cámaras de seguridad. Agregaron que otro joven también quedó con pedido de captura y que los otros tres detenidos durante los allanamientos del fin de semana fueron imputados por daño agravado y desobediencia.
Fuente: www.elsol.com.ar