“A las gestiones provinciales se las morfa la personalidad del gobernador; el contexto macroeconómico o las dos”, suele decir el gobernador. La marcha universitaria, lo puso frente a esas palabras.
Casi como un reflejo de lo que hasta aquí viene generando su gobierno, las expectativas del próximo mensaje del gobernador ante la Asamblea Legislativa de pasado mañana asoman como más que moderadas.
Puede existir un argumento válido para explicar por qué, muy posiblemente, no asistamos este 1 de Mayo a un mensaje para guardar de Alfredo Cornejo en lo que será su vuelta a uno de los ámbitos más tradicionales de la institucionalidad mendocina. Como le ocurrió a prácticamente todos sus antecesores en la provincia desde el regreso de la Democracia hasta acá, el contexto nacional juega un rol decisivo. O como analizaba con honestidad brutal el propio Cornejo hace no mucho tiempo. “A los balances de las gestiones provinciales o se las morfa la personalidad del gobernador; o el contexto macroeconómico nacional o una mezcla de los dos”, era lo que reflexionaba amargamente antes de diciembre, a poco de volver a sentarse en el sillón de San Martín. Y, a decir verdad, claramente el mandatario se encuentra hoy atrapado dentro de esas palabras.
La situación económica del país le está marcando el ritmo a la gestión provincial. Como ya se ha dicho: en medio de la crisis, Cornejo está intentando tener un gobierno que viene siendo sacudido por los recortes de fondos nacionales, por la caída de la recaudación impositiva y por una merma en la actividad económica que está afectando profundamente al comercio y que asimismo está dejando extenuada a la clase media que, en buena media, conforma la base electoral del radicalismo mendocino.
En medio del temporal, ahí va el barquito que en la actualidad constituye Cambia Mendoza tratando de no hundirse y llegar a ese destino poco ambicioso que esta administración se puso en el horizonte desde que reasumió: lejos de las grandes transformaciones, el derrotero es llegar a mejorar en lo que se pueda el funcionamiento de los servicios del Estado y propiciar también un escenario para la llegada de inversiones que permitan diversificar la economía a largo plazo.
Sin embargo, apelando a lo que según Cornejo también se “morfa” a las gestiones provinciales, no todo lo que está sucediendo en la provincia es consecuencia exclusiva de las políticas de Javier Milei. El gobernador apostó por un alineamiento político con la Casa Rosada (poco correspondido en lo hechos) que en los próximos días tendrá su primera prueba de fuego más importante pero que ya tiene un condicionante fuerte. Por decisión propia buena parte del éxito de su gestión, Cornejo la ató al éxito de Milei.
El mendocino fue uno de los gobernadores que más trabajó en la interna del radicalismo para que el gobierno nacional pudiera sacar de la Cámara de Diputados su Ley Bases, que será debatida este lunes en el recinto y con final abierto. El proyecto obtendrá seguramente la cantidad de votos necesarios para ser aprobado en general, pero el debate en particular genera mucha incertidumbre dentro de La Libertad Avanza y sus aliados. Un escenario similar al que se observó en febrero, cuando esta misma iniciativa, aunque muchísimo más amplia en su articulado, naufragó. El punto de discordia podría estar ahora en la votación del artículo 3 de la norma, que le impediría al gobierno nacional disponer de organismos como el Conicet o el INCAA, entre otros intentos para modificar o reorganizar estructuras de organismos gubernamentales.
Cornejo se juega mucho desde este lunes en el Congreso, en un debate que, en la previa, ya lo viene dejando frente a algunas situaciones políticas incómodas tanto a él como a los radicales que están dispuestos a levantar la mano. Algunas de ellas forman parte de la discusión legislativa en sí que todavía se está intentado modificar. Lisandro Nieri, el diputado mendocino espada de Cornejo dentro del bloque de la UCR, va a insistir que se incluya el impuesto al tabaco que fue retirado del proyecto por un fuerte lobby empresarial y se planteó una objeción muy fuerte por el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones. Aquí, el reclamo mendocino apunta a modificar que el piso de inversiones a promover sea de U$S 200 millones porque, debido a lo alto de ese monto, las economías regionales se quedarían afuera de ese beneficio.
Sin embargo, esta discusión es menor comparada con el desaire de los libertarios hacia los radicales que, en este caso sí, los dejó en una situación de incomodidad que rozó el destrato. El bloque de la UCR le puso la cara a una reforma laboral que después terminó mutilada (sobre todo en lo que se refería a la quieta del manejo de la fondos de las obras sociales por parte de los sindicatos) porque el propio gobierno terminó acordando con Miguel Ángel Pichetto un texto que dejaba a salvo la capacidad de representación y el manejo de los recursos por parte de los gremios.
A esta altura todos tienen un claro que el gobernador mendocino decidió jugar el juego de los aliados con el presidente porque,a pesar de que en lo profundo observa a los libertarios como improvisados y fanáticos, se encandiló, entre otras cosas, con aquellas primeras propuestas de Milei que anticiparon el déficit cero y la promesa de que la Libertad Avanza se convertiría en el sepulturero político del kirchnerismo en la Argentina. Ese respaldo tuvo otros sustentos, también. Uno fue el temor por la caja producto de la motosierra que el presidente pasó por las provincias y el otro fue la imposibilidad de convertirse en opositor en una provincia en donde Milei ganó en su momento por más del setenta por ciento. Y un lugar como Mendoza, además, en donde el presidente todavía mantiene niveles de aprobación más que aceptables para el tamaño del ajuste que está aplicando.
Pero Cornejo ya sabe que ese respaldo bien podría comenzar a crujir en unos meses nada más si la economía no rebota. Y la semana pasada se notó el primer síntoma de ese crujimiento. La multitudinaria marcha de los estudiantes universitarios mendocinos no hizo más que dejar al gobernador en otra situación incómoda desde lo político y, en un hecho increíble para su historia personal, lo que se vio fue un gobernador totalmente apartado de los reclamos.
La Universidad Nacional de Cuyo es la casa del gobernador, allí se forjó en la política a través de sus primeros escarceos en la Franja Morada y en esa casa de estudios logró recibirse de licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública en los años 90. La marcha del martes último no mereció, por parte del mandatario, ni un solo tuit. Solo reaccionó un par de días después para sacarse una foto en su despacho con la rectora Esther Sánchez y anunciar el respaldo para avanzar en un coworking de bionanotecnología. No se animó a aparecer públicamente para mostrar su preocupación por el recorte presupuestario en las universidades. Solo un tibio apoyo a Sánchez en su pelea, luego de que, como en la Casa Rosada, cayeran en la cuenta de que esa manifestación transversal en lo político, en lo social y en lo etario que sacó a más de 40.000 personas a las calles de la ciudad, merecía por parte del primer mandatario una reacción distinta.
Quizás haya una actitud vergonzante en el fondo. Un costado de los planteos libertarios a lo que ocurre en las universidades nacionales los toca de cerca a los radicales de Mendoza. En cuanto al reclamo de que la UNCuyo se abra a una auditoría no hay demasiados problemas. Ahora bien: Cornejo intervino activamente en el proceso eleccionario de 2022 e incluso fue decisivo en el armado de la fórmula que hoy ejerce la conducción. La Universidad es en la actualidad un coto político de Andrés “Peti” Lombardi, el presidente de la Cámara de Diputados y uno de los principales punteros del gobernador. ¿Está metida la política y la voracidad por quedarse con alguna caja en la UNCuyo? Para muestra, basta una foto.
En esa débil imagen que mostró de apoyo al reclamo, Cornejo recibió en su despacho no solo la rectora, sino que también estaba María Teresa Damiani como secretaria de Investigaciones Internacionales y el secretario de Bienestar Universitario Juan Pablo Cebrelli Riveros. Cebrelli es un dirigente del radicalismo cercano a Lombardi que maneja la caja de las becas y el comedor universitario. Amén de que no logra recibirse todavía de abogado, fue titular de la mesa mesa nacional de Franja Morada y, hasta ocupar un lugar en el organigrama universitario, fue integrante del equipo de asesores del propio Cornejo en el Senado de la Nación. Más casta, probablemente no se consiga.
FUENTE: MDZonline.