Una guerra entre dos familias vinculadas al ambiente delictivo sumó un nuevo capítulo la madrugada de este miércoles en el barrio Santa Teresita de Las Heras. Gonzalo Sebastián González Lera (34) fue baleado frente a su casa de la manzana G y marcó a miembros de los Canavis como posibles responsables del ataque en su contra.
Desde hace tiempo que la familia de la víctima se encuentra enemistada con esa peligra banda liderada por malvivientes de apellido Quiroga Villalba, quienes llevan más de una década sembrando el terror en ese complejo del distrito El Plumerillo y alrededores.
Incluso, los hermanos Axel Gastón (19) y Jesús Sebastián Villalba Elizondo (19), integrantes de esa gavilla familiar, están acusados de balear a una hermana de González Lera, llamada Soledad Andrea Lera (38), a mediados de 2022.
En ese mismo hecho, fue asesinado el joven futbolista Lucas Amarilla (21), quien nada tenía que ver con el conflicto entre las dos facciones y quedó en medio de los disparos mientras se dirigía a comprar a un negocio de la barriada.
Con una víctima fatal en su historial, los cruces entre las dos familias continúan. Luego de que González Lera recibió dos impactos de bala en el pecho y el abdomen, le aseguró a los policías que llegaron a la escena, pasadas las 0.30, se trataba de “una pelea de vieja data con los Villalba”.
Pese a que el agresor, quien se movilizaba en motocicleta, escoltado por otros dos sujetos, llevaba el casco colocado, la víctima sostuvo ante los uniformados que “con los únicos que tiene problemas” es con los Canavis.
Fuentes policiales sugirieron que los enfrentamientos están motivados por la disputa del territorio de venta de estupefacientes, ya que ambos grupos han sido investigados por narcomenudeo.
Antes de quedar internado en el Hospital Lagomaggiore, González Lera aclaró que no deseaba denunciarlos porque “él solucionaría todo después”, de acuerdo con el procedimiento policial.
De las averiguaciones realizadas por El Sol en la zona, testigos observaron que el autor de los disparos se desplazaba en la motocicleta que suele utilizar Franco Jesús Villalba Quiroga, alias el Macaco, quien también fue imputado por el crimen de Amarilla, pero luego terminó sobreseído en ese expediente.
Más allá de que no pudieron confirmar que se haya tratado del Macaco, las sospechas apuntan hacia él porque es uno de los pocos Canavis que se encuentra en libertad.
Lo cierto es que el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien lidera la investigación del ataque, aguarda por la incorporación de testimoniales y también que la víctima aporte su versión de los hechos cuando reciba el alta médica.
Sangrientos antecedentes
La familia González Lera o simplemente los Lera, como los llaman en el barrio Santa Teresita, son conocidos por protagonizar diferentes episodios que tomaron relevancia en ese sector lasherino.
A fines de enero de 2020, Facundo Emiliano y Leonardo Javier González Lera quedaron en la mira por el asesinato de Emmanuel Nicolás Cruzate, ocurrido en el barrio Espejo.
Ambos fueron detenidos con el paso de los meses, aunque terminarían zafando y siendo desvinculados de la investigación por ese crimen, que también lideró el fiscal Pirrello.
Poco más de dos años más tarde, una hermana de ellos sería protagonista de otro ataque armado con resultado fatal, aunque en esa ocasión como víctima. Fue el domingo 26 de junio de 2022, mientras Soledad Lera se encontraba con prisión domiciliaria por infringir la Ley 23.737 (de estupefacientes).
La mujer salió a la vereda de su casa y una lluvia de balas la sorprendió. Uno de los proyectiles le rozó la cabeza y salvó su vida de milagro, pero la peor parte se la llevaron Lucas Amarilla y su primo, quienes por allí y quedaron entre los agresores y su objetivo.
Amarilla falleció luego de recibir dos impactos de plomo en un costado del cuello y en la nuca, respectivamente. Mientras que su familiar fue herido en el cráneo, pero pudo sobrevivir.
A poco tiempo de cumplirse dos años desde ese trágico episodio, Gonzalo González Lera fue atacado a tiros la madrugada de este jueves en la entrada de su domicilio.
Una de las dos balas que le impactaron provocaron lesiones en el hígado pero se encontraría fuera de peligro. Fuentes hospitalarias estimaron que recibirá el alta médica en los próximos días.
Gonzalo no es un desconocido para los detectives policiales: entre 2018 y 2019 fue condenado dos veces por causas de violencia de género y le unificaron la pena en un total de cinco años y mes de prisión.
El año pasado, tiempo después de salir del penal, volvió a caer en las garras policiales sospechado de cometer un robo, pero la Fiscalía le dio la libertad y quedó desvinculado por falta de pruebas.
Fuente: www.elsol.com.ar