Cornejo, la oposición que es una sombra y la amenaza electoral interna

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Luis Petri vino a Mendoza y demostró sus intenciones de ser candidato a gobernador, en un escenario en donde la oposición aparece desdibujada. Las dudas del gobernador por el futuro de la economía.

El gobernador Alfredo Cornejo anda dando vueltas desde hace unos días detrás de una medida que contiene algo de audacia. Una virtud muchas veces esencial para la toma de decisiones que, si se quiere, no sobra dentro de una administración como la actual que apenas se mueve todo el tiempo entre la crisis y la preocupación por sostener como pueda el funcionamiento de la cosa pública ante la escasez de recursos.

Siempre se dijo, y con razón, que el fútbol no debería estar dentro de las cosas importantes en la vida de una sociedad. Ahora bien. De ese listado de asuntos que menos importan, sin dudas que el fútbol es el más importante para muchísima gente. Y en ese sentido Alfredo Cornejo tiene algo en consideración: la posibilidad de que el clásico entre Independiente Rivadavia y Godoy Cruz, pautado para el próximo fin de semana, se juegue en el Malvinas Argentinas y con público de las dos hinchadas.

Otra vez el tema de las cosas prioritarias. Es más que evidente que una medida de este tipo no mueve la aguja de la gestión. Pero desde lo simbólico tiene su impacto. Sería la forma de testear si en Mendoza se puede llegar a disfrutar de un evento de este tipo, como ya está ocurriendo en otras provincias en donde las parcialidades lograron convivir sin siquiera un incidente. Y asimismo sería un desafío importante para revertir la imagen de una política oficial para brindar seguridad en las canchas que, sobre todo en los partidos del Tomba y de la Lepra, viene mostrando en el último tiempo muchísimas falencias.

“El Alfredo quiere que estén las dos hinchadas. El tema es que la Policía no”, deslizó una fuente oficial el punto del debate interno alrededor de esta definición. Y acá nuevamente la relativa trascendencia que pueda llegar a tener la medida, contrapuesta con su peso simbólico. Organizar eventos de este tipo requiere planificación, estudio y ejecución por parte de la Policía para que tengan más garantías de que resulten exitosos. Es verdad que existe un lumpenaje internalizado en las dos hinchadas, que por lo que se ve está siendo imposible de contener. Pero si Santiago del Estero pudo organizar una final de campeonato entre Estudiantes y Velez, o lo que fue más notorio: en Córdoba se pudo jugar una partido eliminatorio entre River y Boca sin un solo desmán ¿No puede la Policía, si así decide avanzar el gobierno, armar un operativo eficaz con hinchadas que además ya conoce y para que un partido de esta trascendencia resulte en una celebración y no una tragedia?

Seguramente alguna definición se conocerá en estos días. Pero Cornejo deberá sortear otro obstáculo más alto para avanzar en su deseo. Cuando la intención oficial de jugar en el Malvinas circuló, el presidente de Independiente, Daniel Vila, puso este domingo el grito en el cielo porque no está dispuesto a resignar la localía en un clásico tan importante. Acá, no hay apuesta que valga a mejorar el estado de cosas.

En tanto, Cornejo pasó este fin de semana por la tradicional Fiesta de la Ganadería de General Alvear con cierta sensación de alivio al final, ánimo  que todavía no encuentra cuando mira hacia lo que está sucediendo en Buenos Aires.

El gobernador se reunió hace unos días con Luis Caputo, el ministro de Economía, y entre alusiones del funcionario nacional sobre las buenas perspectivas de inversión que él ve para Mendoza, surgió el tema obligado en la conversación. Caputo se mostró confiado ante el gobernador mendocino de que la economía marcha bien y que la consolidación de la baja de la inflación es el camino correcto hacia la recuperación económica. Cornejo lo escuchó, pero guardó para sí una duda visceral. Si bien el mendocino se muestra “moderadamente optimista” con el proceso económico en marcha, pone reparos de que en pocos meses se produzca el rebote anunciado porque el daño realizado en estos meses fue muy grande y además, entiende, la crisis no se va a revertir solamente porque la inflación baje.

La discusión por la Ley Bases tampoco le está trayendo buenas noticias, en este tren dialoguista y colaborativo al que está subido con Milei. El radicalismo fue quien impulsó el jueves un cuarto intermedio para que el debate en comisiones pasara para este lunes, porque cayó en la cuenta de que el gobierno no tiene los votos en el Senado para aprobar su ley. El bloque de la UCR en la Cámara Alta sigue con disidencias importantes, o al menos una que es clave. Martín Lousteau le garantizó a sus pares de la UCR que estaría dispuesto a votar en general la norma, pero en lo particular él iba a plantear sus diferencias.

La Fiesta de la Ganadería, históricamente, siempre operó como la caja de resonancia de los reclamos del Sur provincial y se vivieron allí jornadas históricas que lograron poner en aprietos a varios gobernadores. Pero además, entre callejones repletos de costillares al asador, este sábado de mayo sureño siempre funciona como vidriera política en donde, además del gobernador y del oficialismo, también busca hacerse ver la oposición.

Sobre esto último: quedó en evidencia que la oposición política a Cornejo hoy es una sombra. Casi ninguno de los referentes centrales del peronismo ni de La Unión Mendocina pisaron Alvear anteayer. Quizás haya que bucear en la propia interna del radicalismo para encontrar lo que el gobernador tiene enfrente en la actualidad. Ulpiano Suarez, el intendente de Capital, es una de esas figuras. Y quedaron explícitas las pretensiones de Luis Petri, el ministro de Defensa de Milei, quien se está apalancando desde su puesto en el gabinete nacional para llegar a cumplir el objetivo que se planteó ya hace cuatro años cuando Cornejo lo dejó fuera de ese olimpo político personal en el que sube y baja dirigentes de las listas todo el tiempo.

Petri quiere ser gobernador. Nadie duda de eso. Estuvo en Alvear y este domingo se mostró en Lujan, en donde participó de los festejos por un nuevo aniversario del departamento. Obvio que allí reapareció Omar De Marchi y el intendente Esteban Allasino invitó al goberndor. Pero este gentilmente desestimó el convite.

La ambición de Petri está en movimiento desde hace rato. Crónicas periodísticas daban cuenta la semana pasada que se rompió la alianza que construyó con Patricia Bullrich porque, precisamente, en pos de ese objetivo que se autoimpuso está llenado el ministerio de Defensa de mendocinos que están trabajando de lleno en la construcción de su candidatura. Entre ellos hay uno que está más que abocado a la tarea: Emilio Magnaghi, el dueño de medios y de la Cooperativa Eléctrica de Godoy Cruz, quien no solo jugó fuerte para Petri en la interna de Cambia Mendoza en 2023 sino que desde febrero ocupa una de las vicepresidencias de la Fábrica Argentina de Aviones que depende de la cartera de Defensa.

Con respecto a los reclamos que provienen desde el Sur, Cornejo cree que también salió airoso en Alvear. El clima en la previa venía denso: desde San Rafael y desde Malargüe reclaman con firmeza por el reparto equitativo de los fondos de Portezuelo del Viento y se esperaba que esas voces se hicieran oír en la Ganadería. Eso ocurrió, aunque no con la potencia suficiente como para que el gobierno se viera obligado a anunciar ante empresarios, productores y dirigentes de la región un cambio de planes.

El gobernador les aseguró que “buena parte de los recursos (de Portezuelo) van a ser invertidos aquí”, pero sin desviarse del plan que ya tiene trazado. Desde el Sur provincial, ante las definiciones que supuestamente se avecinan, vienen redoblando el reclamo de que esa plata les corresponde. Celso Jaque, el intendente de Malargüe, apeló a un argumento de derechos adquiridos que el gobierno rechaza. El sanrafaelino Omar Félix pide otra cosa. Se suma al reclamo de Jaque, pero pide que esos fondos sean utilizados para el desarrollo de la industria y de la actividad privada que, en el principio de los tiempos, fue la perjudicada por los beneficios de la promoción industrial en las provincias vecinas. En otras palabras, lo que le está pidiendo a Cornejo es que no se la gaste toda en obra pública y que contribuya a levantar a una economía que está muy deprimida desde hace años y que, particularmente en el Sur, solo sobrevive gracias al turismo. Poco y nada de esto sucederá, explican, con la sola construcción de un dique como prometen hacer desde Casa de Gobierno.

No existe por el momento la voluntad oficial de establecer algún esquema de financiamiento para empresas con los millones de Portezuelo como reclama Félix. Aunque en el fondo, lo que hay que decir es que tampoco existe por el momento una definición precisa acerca de en qué se va a invertir esa fenomenal cantidad de recursos disponibles.

Dos o tres cuestiones sí se pueden confirmar, porque de hecho es de lo que medio gobierno habla. Los 1.023 millones de dólares serán destinados a obras relacionadas con el cuidado del agua, a proyectos hidroeléctricos y, como agregado de las últimas semanas, también se pondrá plata para mejorar caminos productivos. El segundo aspecto que ya se sabe es que, particularmente en las obras hidroeléctricas y en las rutas, la apuesta es a conseguir un repago. Y aquí se introduce una novedad: el gobierno apunta a mejorar rutas y a cobrar peaje para circular por ellas. Quizás el ejemplo más concreto de esto sea lo que se viene sobre la ruta Panamericana, cuando la terminen.

Y dos puntos más, uno más importante que el otro. No hay que esperar definiciones en el corto o mediano plazo acerca del plan de Cornejo para esos fondos. Las obras se irán anunciando a medida que estén listas para licitar, en un proceso que demorará meses seguramente. En ese sentido, aparece el problema de fondo. El gobierno menciona con insistencia la existencia de un “banco de proyectos” en el que se están analizando por lo menos unas 70 obras para realizar. En realidad en ese “banco” se puede encontrar sólo una  que, si el gobierno lo decide, podría avanzar ya mismo. Es el dique El Baqueano, que será una de las inversiones principales del plan de los mil millones. Al resto, le falta trabajo y estudio todavía.

La licitación de El Baqueano tampoco será inmediata. El gobierno está aguardando por la contractualización de un acuerdo que firmó Rodolfo Suarez con Sergio Massa durante la campaña electoral del año pasado. En esa oportunidad, la provincia acordó con la Nación ingresar en el programa nacional que garantiza el precio de compra de energía durante 15 años que resulta una garantía del negocio de lo que generará el dique. Cornejo siempre entendió ( y por eso le frenó la licitación a Suarez) que El Baqueano debería replicar el esquema que permitió la construcción del dique Potrerillos hacia finales de los 90, es decir, que no sea el Estado quien aporte la totalidad de los fondos sino que empresas privadas participen de la inversión. En aquella ocasión, la provincia puso su parte que resultó de los fondos provenientes de la privatización de las empresas de servicios y las empresas de Enrique Pescarmona y de José Cartellone también aportaron financiamiento para quedarse, finalmente, con el negocio de la generación de energía hidroeléctrica.

Pero para que esto suceda falta tiempo. Uno corto, si se quiere, cuando Mendoza termine de acordar con la secretaría de Energía de la Nación el contrato firmado con Massa. Pero otro mucho más largo, sin dudas, para encontrar un inversor privado que decida correr el riesgo de hacer un dique. Algunos, como Marcelo Midlin, ya mostraron cierto interés en participar. Sin embargo, hasta que no exista un rumbo definido de la macroeconomía, resultará imposible que algún oferente aparezca.

FUENTE: MDZonline.

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