El caso de la mujer policía que abatió a un asaltante la mañana de este martes en Las Heras se transformará con el paso de los días en un caso de homicidio en legítima defensa, que no contempla penas condenatorias. Declaraciones y pruebas documentales direccionaron la instrucción hacia ese mecanismo legal.
La investigación que lidera la fiscal Andrea Lazo incorporó testimonios y otras pruebas de importancia que confirmaron que el sujeto muerto, identificado como Juan Ariel Azcurra, de 31 años y con antecedentes por diversos delitos, la abordó cerca de una parada de colectivos con un arma de fabricación casera que presentaba un rústico mecanismo de disparo y la golpeó con el único fin de sustraerle sus pertenencias.
La reconstrucción del caso revelado por El Sol sostiene que la integrante de la fuerza, una auxiliar de 45 años con destino en la Policía contra el Narcotráfico (PCN), acompañó a su hijo menor de edad porque debía tomar el micro para ir a la escuela y llevó su arma reglamentaria por protección, debido a que ambos circulaban por zonas oscuras.
Una vez que dejó al chico, fue abordada por el malviviente cerca de un descampado, quien la golpeó en la cabeza con la tumbera. Después del impacto, la policía sacó su pistola calibre 9 milímetros, marca Taurus y la accionó cinco veces.
Dos proyectiles dieron en el abdomen de Azcurra y uno lo atravesó. Cayó desvanecido sin reacción arriba de un puente de cemento y murió a los pocos minutos. Vecinos dieron aviso al 911 luego de escuchar las detonaciones y ante un pedido de ayuda de la mujer y personal uniformado se desplazó hasta la zona, ubicada en el distrito Panquehua, a dos cuadras al este del asentamiento Güemes.
Cuando trabajó Policía Científica en el teatro del hecho, encontró el arma de fabricación casera que utilizaba por el delincuente -tal como había detallado la efectivo cuando declaró, lo que confirmó la teoría del hecho de inseguridad- y un par de bolsos, entre otros objetos.
Esta última prueba no fue menor para la pesquisa: una de las mochilas contenía ropa de mujer y hasta un Documento Nacional de Identidad. Analizados los elementos, policías de la División Homicidios y la fiscal Lazo potenciaron la hipótesis de que Azcurra podría haber cometido otro asalto en la zona minutos u horas antes.
Debido a esto, comenzaron a buscar si hubo denuncias por un hecho similar de agresión en la vía pública en esa jurisdicción con esos elementos sustraídos y también a la propietaria del bolso, ya que contaban con sus datos filiatorios.
La auxiliar primero se encontraba de franco cuando ocurrió el hecho. En horas de la tarde de este martes tenía que presentarse en el turno de guardia. Fue trasladada hasta la Comisaría 16ª y brindó su testimonio. Consternada y “algo mareada” por el golpe que había recibido (constataron, además, lesiones de arrastre en sus rodillas), describió cómo se produjo el hecho entre lágrimas.
Contó que sintió la agresión y que hubo forcejeo con el delincuente; detallando que sacó el arma provista y la accionó para sacarse de encima al sujeto que la agredía a la altura del descampado ubicado a pocos metros del cruce con calle Bartolomé cuando la visibilidad era escasa por la hora.
Identificado Azcurra, trascendió que tenía domicilio en el barrio Molinero Tejeda, ubicado a un kilómetro de la escena (al norte de la citada Villa Güemes) y que presentaba antecedentes entre los años 2012 y 2017 por delitos de tenencia ilegal de arma y amenazas, entre otros.
Fuente: www.elsol.com.ar