El lujanino le respondía directamente al Jefe de Gabinete y algunos lo responsabilizan por la falta de apoyo a la Ley Bases en el Senado. Su futuro depende de Guillermo Francos y Javier Milei.
Omar De Marchi es un animal político con extensa trayectoria. Como secretario de Relaciones Parlamentarias se le dio la misión de lograr acuerdos para que se apruebe la Ley Bases, pero los resultados no fueron los esperados. A seis meses de asumir como presidente, Javier Milei no ha conseguido que el Congreso le apruebe ningún proyecto de ley. Es cierto que la tarea que se le encomendó al lujanino era compleja por la poca representación del oficialismo en ambas cámaras, pero algunos quieren dejarle la factura por debajo de la puerta. Su jefe directo era el exjefe de Gabinete, Nicolás Posse y ahora será Guillermo Francos quien definirá el rol del excandidato a gobernador de Mendoza. Con la venia del presidente, con quien De Marchi tiene buena relación.
Anoche Guillermo Francos se encargó en persona de garantizar las firmas para sacar dictamen y que la Ley Bases y el Paquete Fiscal se traten en el recinto. Entre ellos, logró la firma en disidencia de Guadalupe Tagliaferri, senadora del PRO vinculada a Horacio Rodríguez Larreta. Es decir, Francos logró lo que Omar De Marchi, pese a su trayectoria en el PRO y su cercanía con Rodríguez Larreta, no pudo.
Pero más allá de todo, aún está fresca en la memoria la media sanción que ambas leyes obtuvieron en la Cámara de Diputados y la imagen de Karina Milei, Omar De Marchi y Guillermo Francos juntos en un palco celebrando la aprobación. Fue recién cuando se empantanó la negociación en el Senado que comenzaron a escucharse algunos comentarios contra la eficiencia del mendocino.
Sin embargo, la suerte de Omar De Marchi no está echada. Si bien reportaba a Nicolás Posse, no gracias a él a ese cargo. Fue el propio presidente, Javier Milei, el que convocó a De Marchi. Ambos coincidieron en el Congreso dos años como diputados nacionales y se tejió una buena relación por lo que Milei dispuso que De Marchi aterrice en la gestión como Secretario de Relaciones Parlamentarias.
Por otro lado, Guillermo Francos está estrechamente vinculado al Partido Demócrata y en Mendoza el PD forjó una alianza con el demarchismo que, pese a que existen tensiones, al día de hoy se mantiene. Allí aparece la figura de Carlos Balter, histórico dirigente y presidente del Partido Demócrata, con quién De Marchi ha tenido una relación cambiante. Balter es amigo de Francos. Fue su ladero durante su visita a Mendoza por la Fiesta Nacional de la Vendimia. Pero en política -todos ellos lo saben bien- hay cosas más importantes que las amistades.
La figura de De Marchi incomoda al radicalismo de Mendoza. Especialmente le crispa los ánimos al gobernador Alfredo Cornejo y en la Casa Rosada lo último que quieren es tener problemas con un gobernador que, junto a sus legisladores nacionales, viene acompañando casi sin cuestionamientos el rumbo que ha trazado Javier Milei.
FUENTE: MDZonline.