El servicio educativo destinado a personas privadas de la libertad que promueve la provincia de Mendoza, está relacionado con la necesidad de garantizar el derecho a la educación. De acuerdo con las leyes 24.660 y 8.465 todas las personas privadas de la libertad pueden ejercer el derecho a educarse en contexto de encierro sin ser discriminadas por su situación procesal.
Trabajadores de la educación dependientes de la Dirección de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos de la La Dirección General de Escuelas (DGE) acompañan a las personas privadas de la libertad en su formación, brindando el servicio educativo en todos sus niveles en los cuatro complejos penitenciarios, 10 centros de alojamiento permanente y ocho alcaidías de alojamiento transitorio.
Desde la DGE, informaron que durante el ciclo lectivo 2024 que la mayoría de los estudiantes de las cárceles locales se encuentran realizando sus estudios de nivel primario. En total, hay registradas 843 personas privadas de la libertad que cursan el nivel primario, 594 en el nivel secundario, 430 que se forman en los Centros de Capacitación para el Trabajo y 256 personas que están dentro del nivel universitario.
La modalidad en contexto de encierro tiene el objetivo de garantizar el cumplimiento de la escolaridad obligatoria a todas las personas que están dentro de las instituciones penitenciarias. Los profesionales de la educación que trabajan en esta modalidad ofrecen un servicio de acuerdo al nivel educativo que quiera alcanzar la persona privada de la libertad. Además, deben apoyar las iniciativas que formulen los estudiantes dentro de la educación no formal, y estimular la creación artística, manifestaciones culturales y hasta actividades deportivas.
Por su parte, es obligación de la DGE y el Servicio Penitenciario brindar información permanente sobre las ofertas educativas a las personas privadas de la libertad. Esto tiene como objetivo contribuir a la inclusión social y a la vida cultural de las personas.
La escuela es propuesta por la DGE como un espacio de recuperación de la identidad y el reconocimiento entre pares. El compromiso docente, señalaron, es fundamental para acompañar los procesos educativos dentro de los penales y buscar una mejor reinserción escolar, así como promover la formación integral y el desarrollo pleno de las personas privadas de la libertad.
Fuente: www.mdzol.com