El asesinato del estafador Lucas Iván Aguilera Gelvez (42) en una zona inhóspita de Lavalle generó una profunda investigación en la fiscalía de Carlos Torres y en la División Homicidios de Investigaciones.
La causa nació este domingo por la tarde como un asalto en el que cuatro malvivientes atacaron a dos víctimas que buscaban realizar una transacción con la compra de un auto utilizando 8 millones de pesos pero terminó presentando un sorpresivo giro con el paso de las horas, cuando analizaron el teléfono celular de la víctima y amplió su declaración Ricardo Darío Ortiz Ortubia (56), el hombre que también se encontraba en la escena y fingió su muerte para evitar que lo ejecutaran a la vera de una calle de tierra.
El caso revelado por El Sol presentó un detenido este miércoles por la tarde, después de un allanamiento en el barrio Suárez. Se trata de un hombre de 31 años identificado como Sergio Emiliano Ochoa. Y por las primeras pruebas analizadas en el expediente no se trató de un hecho de inseguridad.
Tanto la víctima como el presunto victimario se conocían y también había ciertos contactos con Ortiz Ortubia, quien habría sido llevado hasta la escena como una especie de “custodia” para “proteger” la operación económica que presuntamente iban a realizar.
Sin embargo, por la reconstrucción de los detectives luego del análisis del dispositivo móvil y cámaras de seguridad, las dos víctimas llegaron engañadas por Ochoa hasta la zona de ruta 34 y Costa Canal (él manejaba una camioneta Toyota Hilux) y minutos antes de las 18 del domingo se produjo el ataque.
Al parecer, Ochoa ocultaba un revólver calibre 22 entre sus prendas y disparó primero a corta distancia contra Aguilera Gelvez. Ortiz Ortubia corrió para intentar zafar pero terminó sufriendo un balazo que ingresó por la espalda a la altura de uno de sus hombros.
Este hombre de 56 años, con domicilio en el barrio San Martín y responsable de un lavadero de autos en Chacras de Coria, Luján, corrió y se tiró sobre unos yuyos a la vera de la calzada. Fingió su muerte durante algunos segundos. Ochoa se acercó y como vio que no se movía, retornó para tomar el control de la Toyota y se dio a la fuga a toda velocidad. El barrido que hicieron de las cámaras de seguridad lo captaron sin la participación de terceras personas.
Aguilera Gelvez, domiciliado en el barrio Cordón del Plata de Luján y con pasado carcelario por condenas por estafas, sufrió un balazo en la cabeza. El cadáver quedó de rodillas en el piso con la cabeza sobre la tierra. “Una escena durísima”, describieron las fuentes policiales que estuvieron en el lugar.
Con el paso de los minutos, Ortiz Ortubia se levantó y caminó herido casi tres kilómetros para pedir ayuda. Vecinos de la zona llamaron al 911 y una ambulancia lo trasladó hasta un hospital. Allí brindó una primera declaración y aseguró no recordar lo que había sucedido. Sin embargo, no le creyeron. Y los sabuesos de Investigaciones volvieron a “visitarlo” para que amplíe su declaración.
De esta forma, los pesquisas comenzaron a tener un panorama más amplio de lo sucedido la tarde del domingo en el norte provincial. Cotejaron la información que obtuvieron del teléfono de Aguilera Gelvez y lo compararon con lo que dijo en la causa el hombre que sobrevivió, lo que permitió cerrar una teoría vinculada con una presunta deuda que Ochoa mantenía con Aguilera.
Por lo que declararon los testigos, el presunto autor de los disparos alquilaba un departamento en Godoy Cruz ubicado en el mismo lote de la vivienda de la madre de la pareja de Aguilera. Y con el paso se había generado una deuda económica importante.
Para intentar saldar ese agujero, Ochoa, padre de tres hijos y con pasado carcelario, le habría propuesto hacer un negocio con la compra de un vehículo “flojo de papeles” por unos pocos pesos y para eso debían trasladarse hasta la citada zona de Lavalle. Si bien los investigadores sostienen este móvil como teoría del caso, no descartan que se haya tratado de otro conflicto vinculado con otros negocios más oscuros y no descartan más detenciones.
Lo cierto es que Ochoa fue imputado por homicidio criminis causa (por el crimen de Aguilera) y homicidio criminis causa en grado de tentativa en perjuicio de Ortiz Ortubia, todo en concurso real. Luego de la notificación formal, el fiscal Carlos Torres ordenó que pase al penal y que continúen la incorporación de pruebas, declaración de testigos y la búsqueda de la camioneta que utilizó el presunto victimario, debido a que se desconoce a dónde la escondió.
Fuente: www.elsol.com.ar