En el marco de la profunda crisis que atraviesa el sistema de salud, un reciente trabajo realizado por la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio reveló que las guardias en todo el país se encuentran saturadas ¿Cuál es la situación en Mendoza?
A raíz del estudio mencionado, se conoció que el 85% de las consultas atendidas en las guardias de las clínicas privadas del país no son urgencias. Esto provoca una saturación del sistema y la acerca cada vez más al colapso. En Mendoza la situación es similar y casi no hay diferencias entre el sector público y el privado.
Rodolfo Torres, coordinador de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza, explicó que las consecuencias que tiene esta problemática sobre el sistema hospitalario y la atención a los pacientes. La encuesta nacional sostiene que solo el 2,6% de las consultas en las guardias son de alto riesgo, en las cuales la vida del paciente corre peligro y requiere atención inmediata, mientras que el 12,9% son de riesgo medio.
Por su parte, el Director de Hospitales de Mendoza, Jorge Pérez, confirmó que los números en el sector público son similares. “La atención pública no dista mucho de lo que pasa en la atención privada. Estamos lejos del colapso pero sí hay algunos efectores y en algunos momentos y días en particular, donde la atención de la guardia se ve saturada, al límite, en donde el sector de salud tiene que articular medios para derivar paciente y descomprimir. En todas las guardias del promedio, el 80, el 85% es atención de códigos verdes y azules, es decir que se podrían atender perfectamente en atención primaria o en consultorios”, sostuvo el funcionario del Ministerio de Salud que agregó que los códigos rojos y amarillos tomados en conjunto rondan el otro 20% de las asistencias en las guardias públicas.
La situación que se vive en la provincia es grave, de acuerdo a lo afirmado por el doctor Torres, quién aseguró que en el último trimestre las guardias han estado saturadas, aunque todavía lejos del colapso. “Cada vez más saturadas y cada vez es más difícil tener un acceso a la guardia”, señaló pero aclaró que “siguen atendiendo y todos los mendocinos se van con su atención en mayor o menor tiempo, pero se van atendidos”.
Las razones de la saturación de las guardias
Las razones tras la problemática son muchas, “algunas fácil de interpretar como el alto costo que están teniendo los pacientes para ir a los consultorios”, expresó el coordinador de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza. También complican el proceso los nuevos métodos de verificación de identidad que han implementado algunas obras sociales como el PAMI o Swiss Medical, donde el paciente tiene que generar un token descartable que solo es válido por unos minutos y sin el cual no puede ingresar a la consulta. Entonces muchos prefieren acudir directamente a la guardia para atenderse rápidamente, incluso sin estar en una situación de urgencia.
Otra de las grandes razones son los topes de atención. “Por ahí los médicos tienen turnos, pero el financiador le pone un tope que puede atender una o dos veces por mes al paciente y no alcanzan las consultas para hacer un seguimiento”. Entonces eligen la guardia.
Hay picos de asistencia a las guardias en Mendoza, generalmente después del mediodía, contó el Director de Hospitales de Mendoza. “En la mañana los consultorios funcionan y si bien los turnos pueden ser diferidos, después del mediodía donde la gente no tiene esa oferta que hay en la mañana, no le queda otra que asistir a la guardia”, esgrimió.
Además, agregó que la situación económica es otro factor importante, ya que “en el hospital público no tiene que pagar un coseguro y aparte porque también encuentran en el hospital público la posibilidad no solamente es diagnóstico, sino de los estudios complementarios y también de la medicación. Creo que que ellos en estos momentos la gente lo valora y es por eso que recurren más a la atención en los hospitales“.
Este fenómeno no es nuevo, según el doctor Pérez. Se trata de una situación que se vive en los hospitales más grandes desde hace muchos años. “La gente sabe que va a la guardia de los grandes hospitales y ahí encuentra la respuesta rápida por más que tenga que esperar algunas horas sabe que se le hace el diagnóstico, los estudios complementarios y se le da el medicamento. Evidentemente eso es algo importante para el que tiene que usar el servicio público y esa respuesta no la encuentra en cualquier lado, ni siquiera pacientes que tienen una prepaga”, analizó.
En los hospitales más grandes del sector público como el Hospital Central o el Lagomaggiore, dependiendo de la especialidad, el turno puede demorar entre dos y tres meses. A veces más. “Hay especialidades que son muy demandadas, neurología pediátrica, cardiología pediátrica, también neurología y cardiología de adultos”, explicó el funcionario.
El caso de especialidades como neurología pediátrica, se combina que hay pocos especialistas y la demanda es alta. Mientras que en la consulta clínica hay mayor disponibilidad de médicos y los turnos diferidos se consiguen aproximadamente en treinta días.
Guardias saturadas: las consecuencias
Cuando hay consulta médica el paciente tiene la oportunidad de contar sus síntomas en detalle y el médico puede realizar un seguimiento más puntilloso. Esta posibilidad queda descartada cuando los pacientes se atienden en las guardias masivamente. “En la guardia, al ser el equipo rotativo, es difícil ese seguimiento y en realidad perdemos oportunidades muy importantes de diagnóstico, que es lo más grave de toda esta situación”, advirtió Torres.
Al saturarse las guardias, las clínicas y los hospitales tienen que dedicar más recursos para satisfacer la alta demanda. La sobrecarga laboral, las tareas no correspondidas y los bajos salarios terminan desembocando en una gran migración de médicos a otros países, principalmente Chile.
Fuente: www.mdzol.com