Nuevo secuestro de droga y dinero en la cárcel de Almafuerte: atraparon a un penitenciario

Un guardia con 15 años de antigüedad intentó ingresar este miércoles cocaína y medio millón de pesos. Lo habían designado hace pocos días para controlar el módulo 4, sector que está en la mira por venta de drogas.

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Un nuevo caso de presunta connivencia entre guardiacárceles e internos del Complejo Penitenciario III de Luján de Cuyo sacudió al Servicio Penitenciario (SP) la mañana de este miércoles. Renzo Sebastián Rojas, un suboficial auxiliar de 38 años con 15 años de antigüedad, fue descubierto intentando ingresar aproximadamente 100 gramos de cocaína y 500 mil pesos en efectivo, en medio de una operación de revisión en el sector de ingreso del penal ubicado en Cacheuta.

Rojas, de acuerdo con información a la que accedió El Sol a través de diversas fuentes, fue designado hace pocos días como uno de los coordinadores del Módulo 4 y sus alas, después de semanas movidas en ese sector con el hallazgo de más de 3,5 kilogramos y medio de marihuana y dosis de cocaína en un gallinero de los jardines del pabellón 4.1, que tiene a un interno identificado como Pedro Esteban Morales Anisco de referente o pluma y en la mira por casos de presunta complicidad con los agentes de custodia.

El hallazgo sucedió cuando personal de seguridad notó un comportamiento sospechoso en Rojas, quien inicialmente ingresó más tarde a su lugar de trabajo y negó portar cualquier elemento ilícito cuando fue consultado. Su actitud inusual de evitar que le revisaran sus pertenencias provocó que se ordenara una verificación más exhaustiva con personal de Requisa. Durante el procedimiento, los agentes que tomaron contacto con él encontraron la droga en un lugar íntimo y comprometedor: entre sus testículos.

El funcionario, desarrollando tareas en la División de Seguridad Interna y con un perfil profesional que incluye estudios secundarios completos y una trayectoria destacada en la institución de 15 años, quedó inmediatamente alojado en la conserjería tras el procedimiento, mientras esperaban por la presencia de personal que trabaja internamente casos de sustancias y de la Policía contra el Narcotráfico (PCN) para realizar los test correspondientes y avanzar con la causa federal.

Las fuentes aportaron que el hallazgo de la droga y el dinero generó un profundo malestar entre el personal del SP porque Rojas había sido designado recientemente para controlar uno de los módulos más complicados de Cacheuta, que viene siendo noticia desde principios de diciembre por diversos secuestros.

Al mismo tiempo, la Inspección General de Seguridad (IGS) confirmó a este diario que inició un expediente o sumario para determinar las responsabilidades administrativas del guardiacárcel.

Este nuevo caso se potenció porque el miércoles 4 de este mes, el complejo Almafuerte fue escenario de un importante operativo que reveló una compleja red de introducción de sustancias estupefacientes.

Las autoridades centraron su atención en el módulo 4.1, conocido como el “pabellón VIP” de Cacheuta, donde un interno apodado Peter (Morales Anisco), condenado por asesinato y estafas adentro del penal -termina de cumplir la pena en el 2037-, presuntamente lideraba una organización delictiva dedicada al tráfico de drogas con contactos penitenciarios.

Durante la requisa, los agentes realizaron un hallazgo significativo en el corral de gallinas, donde encontraron 3,649 kilogramos de marihuana enterrados en cinco envoltorios de nylon, y cerca de 1,8 gramos de cocaína en un desagüe. Las fuentes penitenciarias detallaron que la introducción de drogas era facilitada mediante un sistema sofisticado que involucraba visitas y la complicidad de algunos guardias, incluso de alto rango. Debido a esto, algunos jefes internos fueron desplazados y llegaron “nuevos” desde otras penitenciarías, como el citado Rojas.

El operativo de principios de mes se extendió a múltiples espacios del complejo, incluyendo celdas, patios internos, jardines y sistemas de desagüe. En la celda 418, los agentes incautaron un teléfono celular Motorola y tres plaquetas deterioradas. Además, se decomisaron elementos potencialmente utilizables como armas, incluyendo dos hierros de 50 y 80 centímetros, y dos objetos punzo penetrantes elaborados artesanalmente.

Como consecuencia de los hallazgos, las autoridades penitenciarias tomaron medidas drásticas días después, cuando desarrollaron dos nuevas requisas. Se eliminaron todos los beneficios especiales del módulo, decomisando elementos electrónicos y musicales que habían sido previamente autorizados. Entre los objetos retenidos se destacaban un televisor de 65 pulgadas, dos consolas PlayStation, una máquina para hacer copos de algodón y diversos instrumentos musicales.

La investigación reveló la existencia de una red criminal que operaba tanto dentro como fuera del penal, con vínculos aparentes con una banda narco de Los Corralitos en Guaymallén. Cuatro internos del pabellón quedaron bajo la mira por sus conexiones con Morales Anisco, e incluso un quinto interno fue trasladado a otro módulo por razones de seguridad, debido a que podría sufrir algún atentado contra su vida.

Fuente: www.elsol.com.ar

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