El fiscal de Homicidios Carlos Torres imputó este miércoles a los hermanos detenidos por el asesinato de un joven de 14 años en el barrio Buena Vista de Las Heras y ordenó que pasen a la cárcel.
El hecho de sangre que tuvo como víctima a Santiago Contreras sucedió el lunes antes del mediodía en el distrito El Borbollón y sacudió a los habitantes del sector por los momentos de tensión y violencia que se vivieron: se produjo en medio de una pelea entre familias que venían arrastrando problemas desde hacía varios días.
La información judicial sostiene que los hermanos Mario y Natacha Migoni, quienes quedaron detenidos minutos a los pocos minutos de confirmado el crimen, fueron acusados como coautores del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego gracias a una prueba de importancia, más allá de algunas declaraciones testimoniales: un barrido electrónico determinó que ambos presentaban restos de pólvora el cuerpo, lo que permitió inferir que podrían estar relacionados con el hecho.
La mujer fue una de las primeras en hablar ante los investigadores policiales. Confesó que ella había sido quien disparó el arma en medio de los cruces que mantenía con Contreras y otros familiares. Dijo que sacó el arma que tenía por la ventana de su casa de la manzana M y la accionó porque estaba siendo amenazada.
Por este tema, El Sol accedió a un video que captó a la víctima minutos antes de ser ejecutada portando un arma de fuego tipo revólver mientras abordaba a un par de sujetos en el mismo complejo.
Esa prueba comenzó a ser parte del expediente en las últimas horas y sirvió para ir armando el rompecabezas de cómo se desencadenó el ataque. Vecinos que conocían algunos de los conflictos que mantenían ambas familias detallaron que Contreras se mostró agresivo antes de morir mientras se encontraba con un hermano. “Buscaba recuperar algún elemento que le habían sustraído”, detallaron.
“Más vale que aparezca la moto”, fueron algunas de las frases que le escuchó decir mientras portaba un revólver plateado en su mano derecha. Contreras estaba vestido con un conjunto deportivo negro y luego se retiró.
Sin reacción
Lo cierto es que el lunes antes el mediodía se produjo un tiroteo y los vecinos llamaron al 911. Se cree que hubo fuego cruzado porque en la casa desde donde habrían salido los disparos también presentaba algunos impactos.
En la zona hablaban de problemas por venta de drogas en pequeñas cantidades y de robos de prendas de vestir y otros elementos de valor entre los protagonistas de la historia. No sólo eso: también apuntaron a una mujer del sector como quien suministraba las armas.
Más allá de esto, cuando llegaron los primeros policías recibieron como información que un joven había resultado herido y que sus parientes lo habían llevado en auto particular hasta el Hospital Gailhac. A los pocos minutos, se confirmó el deceso. Santiago Contreras recibió un plomo en el pecho y falleció a pesar de los ejercicios de reanimación que le realizaron.
En la vivienda donde habría salido el disparo fatal encontraron un arma de fuego, la que fue secuestrada para ser peritada y realizar un cotejo con el proyectil que le quitaron al cadáver de la víctima, tal como detallaron fuentes policiales.
Esa misma jornada, un abuelo y un primo de la víctima fueron detenidos mientras circulaban en una camioneta por Abel Zapata y Paso Hondo: llevaban una tumbera calibre 22. Sospechan que tenían la intención de vengar la muerte del menor.
Fuente: www.elsol.com.ar