Las cifras de mortalidad materna e infantil en Mendoza pusieron en alerta a los encargados de la gestión de las políticas sanitarias. El registro de los últimos 6 años marcaba una curva descendente en el número de muertes de niños pero durante el 2024 hubo un aumento que llevó la tasa de 5,5 a 7,5. Uno de los indicadores que más preocupa es el consumo problemático de sustancias psicoactivas en mujeres embarazadas y puérperas ya que se observa que, alrededor del 15 y 20% de los bebés internados en los servicios de neonatología del sistema público tienen dosajes positivos de tóxicos.
En el 2024, se registraron 18.541 nacimientos en Mendoza, de los cuales 139 fallecieron antes de cumplir el año, de ese total fueron 41 fallecimientos infantiles en el sector privado. La tasa se elevó de 5,5 a 7,5 y las causas son diversas, desde afecciones debidas al nacimiento prematuro o bajo peso al nacer, entre otras afecciones médicas.
Entre los indicadores que monitorean los profesionales de los efectores públicos de salud se encuentra el alto porcentaje de bebés internados en neonatología con dosaje positivo de tóxicos debido al consumo por parte de embarazadas y mujeres puérperas. “Estamos viendo que un porcentaje importante entre el 15 y el 20% de los bebés internados en neonatologías del sistema público tienen dosajes positivos de tóxicos, eso es muy grave porque afecta la salud de esos bebés pero también el desarrollo neurológico cognitivo del futuro de esos niños”, expresó el ministro de Salud y Deportes, Rodolfo Montero.
El consumo problemático de sustancias psicoactivas durante el embarazo puede provocar aborto espontáneo, parto prematuro, desprendimiento de placenta, malformaciones congénitas, bajo peso al nacer, síndrome de abstinencia neonatal y problemas de aprendizaje y conducta en el niño, además de aumentar los riesgos de adicción y trastornos de salud mental en la madre.
En ese sentido, desde el Ministerio de Salud anunciaron que se pondrá en marcha una pesquisa de tóxicos voluntaria para mujeres gestantes en todos los centros de salud. La misma no va a ser parte de los controles regulares de las mujeres embarazadas sino que va a ser un servicio adicional voluntario para las mamás como parte de los controles del embarazo.
El funcionario agregó: “Necesitamos llevar todos los servicios y toda la información a las mamás para proteger su salud y la del niño que está por nacer. Si el resultado del dosaje llegara a dar positivo, vamos a poder acercarles servicios profesionales y salud mental para acompañarlas y cuidar su salud y la de los bebés“.
Por su parte, el director de Salud Mental y Consumos Problemáticos de Mendoza, Manuel Vilapriño, reflexionó: “Genera preocupación lo que está ocurriendo en relación al consumo durante el embarazo, ya que hasta hace años atrás eso era algo muy improbable de detectar. Por supuesto, en vez de juzgar o de criminalizar el funcionamiento de la madre, tenemos que entender que la adicción es una enfermedad y que debe ser tratada y abordada de manera adecuada”.
El abordaje de los casos se realizará de forma integral desde lo asistencial pero también en la prevención. “Es importante que la sociedad pueda entender la gravedad y las consecuencias de este tipo de funcionamientos y de este tipo de conductas que hablan de una enfermedad tremendamente grave, porque hoy por hoy a la adicción la consideramos eso, una enfermedad que tiene causas, que tiene implicancias claras y que significa también alteraciones metabólicas en el funcionamiento del cerebro que dan lugar a muchos de los síntomas que estas personas presentan”, destacó el médico psiquiatra Manuel Vilapriño.
Una problemática atravesada por las crisis sociales
La comparación de las curvas de mortalidad infantil de los últimos años, muestran que los picos o aumento en las tasas coinciden con las crisis económicas registradas durante las últimas dos décadas.
A nivel local se observa que en el sector público aumentaron un 11% las muertes de niños (antes del año) mientras que en el sector privado aumentaron un 70%.
En Mendoza, el porcentaje de nacidos vivos que nacieron prematuros, es decir antes de las 37 semanas de gestación, representa entre el 7 y 8% del total de nacidos vivos mientras que los prematuros extremos, es decir los que nacen antes de las 37 semanas con menos de 1500 gramos representan el 1% de los nacimientos. Ese grupo representa el 40% de la mortalidad infantil. Si bien el porcentaje de niños que nacieron prematuros y fallecieron es alto, no quiere decir que la causa de muerte fue la prematurez. Desde la Dirección de Maternidad e Infancias del Ministerio de Salud de Mendoza explicaron que muchas de esas muertes fueron por diversos síndromes o malformaciones que en algunos casos podrían estar relacionadas al consumo de sustancias tóxicas por parte de las madres.
Fuente: www.elsol.com.ar