Luego de su paso por el Hospital de Salud Mental El Sauce, un juez ordenó la tarde de este martes que Agustín Caparroz Leal continúe en la cárcel por el asesinato de su novio, Agustín Mamaní Castillo (22), ocurrido a comienzos de agosto en un barrio de Luján de Cuyo.
La fiscal de Homicidios Claudia Ríos solicitó la prisión preventiva contra el joven de 20 años y el magistrado Federico Martínez, del Juzgado Penal Colegiado Nº 1, le dictó la medida cautelar que afecta la libertad.
Durante la audiencia, que se celebró en el Polo Judicial Penal, la defensa, a cargo de Ariel Benavidez, no se opuso al pedido de la representante del Ministerio Público pero entendió que debía existir una morigeración de la prisión preventiva, es decir, que su cliente la cumpliera bajo la modalidad domiciliaria.
Esto, principalmente, porque el sospechosos se encuentra con problemas psicológicos y psiquiátricos, motivo por el que permanece con un tratamiento farmacológico.
A pesar de estos argumentos, Martínez resolvió que debe continuar tras las rejas porque están dadas las condiciones para que reciba la atención médica y psiquiátrica correspondiente en la penitenciaría provincial.
En ese sentido, la defensa aguarda por el resultado de la peritaje psíquico (psiquiátrica y psicológica), puesto que, sostiene, existe la posibilidad de que el acusado no haya comprendido la criminalidad de sus actos a la hora de atacar a su pareja o que actuó bajo emoción violenta.
Incluso, fuentes allegadas a la causa explicaron que la directora y la jefa de internación de El Sauce, aconsejaron que Caparroz no permanezca detenido en un penal.
Pese a eso, no pudieron mantenerlo en la Alcaidía Nº 5, que funciona en ese nosocomio neuropsiquiátrico, ya que sólo está destinado a casos de reos que necesiten atención de manera urgente.
Por ese motivo, el sindicado homicida ingresó días atrás por primera vez al sistema carcelario -anteriormente estuvo en la Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos (Estrada)- y quedó alojado en la Unidad de Jóvenes Adultos de San Felipe.
Lo cierto es que, mientras avanzan los peritajes que serán claves para el desarrollo de la instrucción, Caparroz seguirá tras las rejas por el delito de homicidio agravado por el vínculo en una relación de pareja entre dos personas del mismo sexo -primera vez que se aplica en Mendoza-, que prevé como única pena la prisión perpetua.
A puñaladas
Corrían las 14 del martes 1 de agosto cuando la hermana de Mamaní lo encontró tendido dentro su casa de la manzana H del barrio Unión y Fuerza de Luján. El chico tenía múltiples lesiones de arma blanca en el cuerpo y había perdido abundante sangre.
Con la llegada de los primeros policías a la escena, testigos indicaron que vieron a un joven “robusto” salir del domicilio, momentos antes de que la víctima fuese hallada malherida. La descripción coincidía con las características físicas de Caparroz, con quien Mamaní había iniciado una relación sentimental hace un par de años.
Mientras un médico del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) confirmaba la muerte de Mamaní en la escena, a raíz de las diez puñaladas que recibió en su cuerpo, el personal de Investigaciones ya buscaba al principal sospechoso, domiciliado en el barrio Doña Irma de Luzuriaga, Maipú.
Horas después, Caparroz fue detenido cuando acudió al Hospital El Carmen para solicitar asistencia médica por un corte que presentaba en la mano izquierda. Aparentemente, resultó herido en medio del ataque contra su novio.
Además, a simple vista se detectó que tenía manchas de sangre en las zapatillas, las prendas de vestir y en una mochila, elementos que lo comprometieron en la investigación.
Así las cosas, dos días después la fiscal Ríos lo imputó y ordenó su traslado a la cárcel, aunque sólo permaneció algunas horas alojado en Estrada y luego lo derivaron a El Sauce porque profesionales de la salud metal detectaron que tenía “ideas suicidas”.
Finalmente, poco más de un mes después del hecho de sangre, fue trasladado a la cárcel y este martes se complicó en el expediente luego de que le dictaron la prisión preventiva.
Fuente: www.elsol.com.ar