Carlos Tizio, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), aprobó este miércoles la producción del vino sin alcohol, tal como está autorizada en Europa. Para ser considerado tal, según la normativa que fue publicada este miércoles en el Boletín Oficial, el contenido alcohólico del vino debe ser menor a 0,5% vol.
La práctica enológica autorizada se denomina “desalcoholización del vino”.
En 2012, la organización internacional de la viña y el vino admitió la práctica por medio de técnicas separativas solas o combinadas. Desde entonces, la normativa internacional se fue modificando dejando atrás a la argentina.
La demanda creció desde entonces fundamentalmente en España y el Reino Unido por lo que la apertura de este tipo de mercados fue vista con buenos ojos desde la Argentina.
Así fue como hace poco más de cuatro años, el INV comenzó a investigar la práctica y en 2018 aprobó un vino parcialmente desalcoholizado, con una disminución del contenido alcohólico superior al 20%, pero siempre respetando que el mínimo de contenido alcohólico volumétrico final se situara en más del 5% -como establecía el INV para que sea considerado vino-. Esa normativa quedó desactualizada y fue reemplazada por la que se conoció hoy.
Siguiendo ese proceso de apertura a productos con menos graduación alcohólica, en agosto del año pasado, durante la gestión del mendocino Martín Hinojosa, comenzó una nueva fase de pruebas: las del vino sin alcohol o completamente desalcoholizado.
Como resultado final, este miércoles se concretó la aprobación del INV con la publicación de la regulación del mismo.
El vino sin alcohol, tendencia en España
En España, el vino sin alcohol es tendencia. Aunque aún representa un porcentaje muy pequeño del consumo total de vino (menos del 1,5%), los expertos aseguran que las ventas crecen año tras año.
Los productores aseguran que producir este tipo de vinos conlleva un proceso más largo y costoso, pero día a día se producen en Europa, Estados Unidos y Reino Unido vinos sin alcohol de mejor calidad.
Según lo que se vio en la última Barcelona Wine Week, la tendencia del vino sin alcohol se concentra especialmente entre los rosados y los espumosos.
Entre los argumentos del INV se señalaron los avances en España, en Sudáfrica, Chile, China, Australia y Nueva Zelanda.
Mientras que a fines del año pasado, la Unión Europea determinó que a los vinos cosecha 2024 se incorpore obligatoriamente la lista de ingredientes e informe nutricional de los productos vitivinícolas que ingresen al mercado.
Desde el INV señalaron que esto es una motivación para que los vitivinícolas innoven, desarrollen e incorporen nuevos productos con menos graduación alcohólica, debido al alto aporte calórico del alcohol.
La nueva regulación del INV sobre el vino sin alcohol
“Apruébase como práctica enológica lícita, la corrección del contenido de etanol del vino como máximo hasta un 20%”, señala la Resolución 5/2024 del INV.
Y se incorpora al artículo 17 de la Ley General de Vinos Nº 14.878 el “vino sin alcohol o desalcoholizado” y lo define como “producto obtenido por desalcoholización del vino que presenta un contenido alcohólico menor a 0,5 % vol.”.
Se deroga además la vieja resolución del 2018 sobre el “vino parcialmente desalcoholizado” para incorporarlo con una modificación clave en el mínimo de su contenido alcohólico.
Ahora lo define como un “producto obtenido por desalcoholización parcial de vino que presenta una disminución del contenido alcohólico del vino por desalcoholización superior al 20 % vol., siempre que su contenido alcohólico volumétrico final sea igual o superior a 0,5 % vol.”.
Las estadísticas mundiales hablan de que el vino sin alcohol podría alcanzar a 2.500 millones de consumidores.
¿El vino sin alcohol es vino?
Sí. Para su elaboración, el mosto fermentó, como manda el Código Alimentario Argentino para que la bebida pueda ser definida como vino. En el caso del “vino sin alcohol”, después de esa fermentación, se retiró el alcohol que resultó.
Fuente: www.diariouno.com.ar